Todos queremos ser felices, encontrarnos bien de salud física y emocional. Nuestras emociones nos juegan a veces malas pasadas: la depresión, la ansiedad, el estrés nos acechan en cada esquina. Muchas personas lo padecen y eso les imposibilita vivir la vida que desean. Si estamos hundidos por una depresión, el estrés nos agobia y la ansiedad nos hace vivir atropelladamente. Nuestra energía esta alterada, nuestro cuerpo no responde como debiera y no tenemos fuerzas para seguir, luchar y triunfar.

El que padece estos males de nuestro tiempo sabe lo costoso que es el día a día, el levantarse de la cama, asearse y empezar una jornada laboral. Incluso las actividades más sencillas nos parecen irrealizables. Cuando esto sucede tenemos a nuestro alcance terapias como la Acupuntura y Auriculoterapia que, de forma inocua restablecen el equilibrio de nuestra energía y nos ponen nuevamente en marcha.

También acechan nuestra felicidad los dolores: la fibromialgia, las cefaleas y migrañas, los dolores cervicales y lumbares; ese complejo mundo de malestar a veces potenciado también por un componente emocional. Todas estas patologías nos limitan físicamente impidiéndonos muchas veces hacer una vida normal. Igualmente en estos casos la Acupuntura y Auriculoterapia nos alivian y resuelven gran parte de nuestros problemas, siempre sin efectos secundarios. Si a todo esto añadimos la falta de descanso durante el sueño, el insomnio, poco más hay que decir? quién no duerme no está a pleno rendimiento durante el día.

En una palabra, todos estos pequeños o grandes problemas nos restan felicidad, energía.

No voy a decir que la Acupuntura sea la panacea universal que lo resuelve todo, pero sí es una técnica muy útil para, sin efectos secundarios, mejorar estos aspectos que a veces no nos dejan disfrutar de la vida todo lo que nos merecemos.

¡¡¡Intenta ser un poco más feliz!!!