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Bombero rescatador del Servicio de Emergencia de Asturias

El buen hacer de Somiedo y sus gentes

El trabajo de los vecinos del Parque Natural para su conservación y para enseñarlo a cada vez más visitantes

En primer lugar queremos mostrar nuestra gratitud. Para nosotros, el Grupo de Rescate de Bomberos de Asturias perteneciente al Servicio de Emergencias de la Comunidad, al cual yo represento, es un privilegio y un honor el haber sido invitados a pregonar la VII Fiesta de la Trashumancia que se celebra cada año, desde el 2009, en este hermoso paraje asturiano que es Somiedo.

También tenemos que pediros perdón por la torpeza de nuestra prosa, ya que no estamos acostumbrados a actos públicos, ni a conferencias, a celebraciones con autoridades o políticos. Somos un grupo de gente que tenemos la suerte de poder trabajar en lo que más nos gusta: trabajamos por y para las personas, y eso en verdad nos empeñamos en tratar de hacerlo bien con el objetivo de ser mejores cada día.

Somos antes que rescatadores, médicos o pilotos, montañeros, amantes de la naturaleza y de los paisajes, amantes de las gentes sencillas y trabajadoras con las que a menudo compartimos jornadas de monte. Por eso y como decía anteriormente, nos llena de orgullo poder compartir hoy con vosotros este día tan importante en el cual se rinde homenaje a la trashumancia, tradición que desde la alta edad media las gentes de estos lugares habéis sabido mantener. "Sin la trashumancia no se entienden la historia de Somiedo ni la de Asturias". Así concluía el antropólogo Adolfo García Martínez en su libro "Trashumancia y brañas en el Parque Natural de Somiedo". Este investigador ha llegado aún más lejos afirmando que los ganaderos han sido los encargados de conformar el paisaje, quienes lo han cuidado y sin los cuales no habría el aluvión de turismo que tiene hoy en día este enclave paisajístico tan singular.

Somiedo ha sabido conservar como pocos la esencia misma de la cultura y tradiciones de nuestra tierra, su arquitectura tradicional, su lengua, su gastronomía, sus costumbres centenarias que se transmiten generación tras generación en contra del implacable avance de las ciudades y de otros tipos de vida tan alejados de las montañas, del calor del fuego en una cabaña, del compartir una olla como luego lo vamos a hacer aquí, de la calma que estos parajes brindan alejados de ruidos, de prisas, de imposiciones?

Sin embargo, no habéis renunciado a que los demás puedan disfrutar de este Paraíso Natural y habéis sabido adaptaros a los nuevos tiempos atrayendo cada año a más y más visitantes. Nuestro servicio de rescate, al contrario de lo que pudiera parecer, no está solamente enfocado a la gente que se acerca al monte con mentalidad lúdica o deportiva, sino que pretende ofrecer a las gentes de los pueblos más aislados una asistencia sanitaria urgente en cualquier lugar y un medio de transporte rápido y eficaz que atienda las necesidades médicas cotidianas cuando otros medios no son viables (por ejemplo carreteras cortadas por argayos o nevadas) o la premura en la asistencia lo requiera.

El Grupo de Rescate de Bomberos de Asturias nació hace ya muchos años, a finales de la década de los 80. Claro está que en aquella época ya se realizaban rescates, ¡bien los sabréis muchos de los que estáis hoy aquí!: montañeros perdidos que encontraron vuestra ayuda, fuisteis y sois perfectos conocedores de la zona, de cada sendero, de cada piedra, de cada risco o valle, ayudasteis a gente accidentada, a gente enriscada... Porque estas montañas a pesar de su belleza, de su grandeza, de vez en cuando nos recuerdan que sólo somos hombres y mujeres y que ellas mandan, la niebla nos lo recuerda, la furia de las tormentas y también de las nevadas, el frío y las ventiscas que cada año llegan fieles a su cita?. Eran rescates en los que cada vecino ponía lo mejor de si mismo para resolver aquella situación, unos aportaban mantas, otros comida, otro una cabaña para protegerse?. Por otro lado la Federación de Montaña del Principado, cuando el accidente era de cierta importancia se movilizaba con montañeros, entre los cuales había médicos, que acudían a la zona, siendo lógicamente esto algo lento y tedioso que a veces llegaba desgraciadamente tarde. Por ello, vosotros, las gentes de estos lugares de montaña, siempre habéis sido y seguís siendo de una vital importancia tanto para los que acuden a disfrutar de ella como para nosotros mismos en nuestras misiones, dándonos información y orientándonos en ellas. Queremos también reconoceros públicamente esta tarea y daros las gracias por ello.

Los más veteranos de nuestro grupo recuerdan aquella noche fría de invierno del año 1990, en el que subieron a atender a un vecino de Valle del Lago que había sufrido un infarto; tuvieron que esquiar durante varias horas tirando de un trineo-camilla para llegar con una impresionante nevada hasta el pueblo. Aquel día lamentablemente no pudieron llegar a tiempo y esta persona falleció. Eran otras maneras de hacer rescates.

Tenemos que decir que en estos montes nos sentimos a gusto, los conocemos bien, no en vano hemos tenido que venir a ellos y a sus pueblos muchas veces. La mayoría de ellas por asistencias médicas o traslados de personas a Hospitales, aunque también un buen número por gente desorientada. El ganado, tan importante en estos valles, generador del paisaje y mantenedor del mismo tal y como lo conocemos hoy en día, ha trazado multitud de sendas haciéndolo a veces difícilmente interpretable para los montañeros, o por el contrario, paradojas de la vida, la reducción de la ganadería hace desaparecer o desdibuja antiguos caminos que irremediablemente se convierten en cotoyales. Pero no sólo acudimos a estos parajes cuando estamos de guardia, otras muchas veces lo hacemos en nuestros descansos que dedicamos a la montaña para descubrir nuevos accesos o lugares pintorescos. Anécdotas hay muchas en esta tierra, por rescatar rescatamos hasta a un oso, el Oso Cuervo, cerca de los montes de Perlunes. Era el año 1998.

Y como todo, las cosas evolucionan, en este caso también hay que decirlo ayudado por algún que otro suceso trágico ocurrido en nuestras montañas, y estos mismos médicos y montañeros tuvieron el acierto de dar un paso adelante y crear un Grupo de Rescate pionero en España que a día de hoy todavía sigue siéndolo: médico, piloto, rescatadores en un helicóptero medicalizado, esto es, en una "UVI aérea". En un tiempo máximo de 25 minutos tras salir de nuestra base en La Morgal, muy cerca de Oviedo, podemos llegar a cualquier sitio de la geografía asturiana, por muy aislado que nos parezca. Nos ocupamos de la atención primaria de personas en pueblos, accidentes de montaña, búsqueda de personas desaparecidas o desorientadas, accidentes laborales, rescates en costa y mar, traslados sanitarios entre hospitales... Y digo pionero porque no hay ningún servicio de rescate en España que reúna todas estas características:

-Inmediatez en la respuesta

-Atención médica en el mismo sitio del accidente, repito, por muy inaccesible que nos parezca, y

-Rapidez debido a la herramienta con la que trabajamos, el helicóptero. Cuantas veces habréis visto volar sobre vuestros verdes montes al "pájaro amarillo", como alguno le llaman, cuantas veces lo habréis oído, rompiendo la calma de estos valles.

Desde el año 2009 contamos con un nuevo, moderno y más amplio helicóptero medicalizado y preparado para atender in situ a cualquier persona antes de ser trasladada al hospital más cercano. Es el nuevo concepto de rescate: atención de calidad en el mismo sitio del accidente o de la urgencia. Esto como es lógico hace mucho más favorable la recuperación o el pronóstico del accidentado. Como decía antes todo cambia y evoluciona, del mismo modo que la trashumancia como medio de vida también lo está haciendo y todavía debe hacerlo aún más, adaptándose a los nuevas tecnologías para seguir siendo una apuesta de muchos jóvenes que buscan su futuro en estas tierras.

Mucha gente nos dice que somos los ángeles de la guarda de los asturianos, la verdad que no nos sentimos así ni mucho menos, llevamos vida a los sitios, eso es verdad, pero también tenemos la suerte de recibirla. Días o incluso meses después una visita de aquella persona que sacamos de no se que sitio diciéndonos: "vosotros me salvasteis la vida", es quizás muchas veces la recompensa egoísta que nos hace, como decía al principio, trabajar por ser mejores cada día y poder dar a la gente lo mejor en cada momento. De alguna manera por eso hoy estamos aquí dando este pregón: en el Puente de Todos los Santos del año 1993 evacuamos de urgencia en Pola de Somiedo a un niño de tres años que necesitaba asistencia hospitalaria inmediata. Gracias a esa intervención ese niño es ahora un adulto y su madre, todavía a día de hoy, nos hace llegar ese eterno agradecimiento. Esto es lo que sin duda mitiga otras muchas situaciones en las que vemos la desgracia, la pena y la tristeza muy de cerca. En estos casos solamente podemos dar un abrazo de ánimo al que queda y estar ahí a su lado entendiendo su dolor.

No podemos olvidarnos de la Guardería Rural, de la Guardia Civil y del personal sanitario que han colaborado siempre con nosotros en multitud de rescates y situaciones complicadas, siendo también ellos parte muy importante de la historia de los servicios de rescate del Principado de Asturias.

Queremos terminar volviendo a agradeceros la oportunidad que nos habéis brindado de compartir con vosotros este día, de disfrutar de esta fiesta, de aprender de vuestras raíces y de reivindicar con vosotros este ciclo vital y forma de vida que es la trashumancia dándole un impulso definitivo y modernizando este tipo de ganadería de fundamental importancia para el mantenimiento de la diversidad y fisionomía de esta bella tierra. Muchas gracias.

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