La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Meditaciones | desde Paraxes

Celsa Díaz

¡Que llueva, que llueva!

Ayer, lunes, comenzó en París la cumbre de Naciones Unidas sobre el cambio climático. El asunto es muy serio. Más allá de un previsible calentamiento de dos grados centígrados, nuestro planeta iría irremisiblemente al carajo según los expertos, entre los que ignoro si estará el famoso primo meteorólogo de don Mariano, el presidente de las expresiones faciales imposibles y las collejas a destiempo. Presencia asegurada es la de Miguel Arias Cañete, comisario de Acción por el Clima y la Energía, como voz autorizada en la Unión Europea... Estoy por implorar socorro a alguna de esas vírgenes tan gratas a los representantes de nuestro gobierno central en los momentos de zozobra. Y no soy la única. La Consejería de Medio Ambiente de nuestro maltrecho Paraíso Natural, frente a los altísimos índices de polución del centro de nuestra región, originados -rocambolesca teoría- por un inexistente polvo africano, confía la solución a la virgen de la Cueva para que llueva, que llueva.

Compartir el artículo

stats