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Eurodiputada de Podemos

Nuestros montes, nuestro futuro

Las Xornadas de mañana en A Caridá, una oportunidad para que todos los actores debatan sobre la nueva política forestal

En Asturias la superficie forestal ocupa nada más y nada menos que el 73% del territorio. Nuestro paisaje tradicional agrario es un mosaico en el que se combinan aprovechamientos agrícolas, ganaderos y forestales. Pero esta tierra tan rica tuvo la desgracia de pasar una noche en vela no hace mucho tiempo: la jornada de reflexión de las elecciones generales del día 20 de diciembre.

Aquella madrugada, el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) contabilizó 147 fuegos. Tiempo después, Podemos Asturies presentó una moción ante la Junta General sobre la estrategia integral de prevención y lucha contra los incendios forestales en Asturias. En ella se instaba al gobierno a tomar una serie de medidas, entre las cuales se encontraba la necesidad de incluir criterios ambientales y sociales en las licitaciones, además de los económicos, tanto para las obras como para los proyectos de obras; la potenciación del uso de especies forestales autóctonas y, sobre todo, un aspecto que quiero destacar en estas líneas: el impulso de medidas y herramientas de participación ciudadana y transparencia en los diseños de los proyectos de ordenación de los montes públicos asturianos.

En esta oración se resume, probablemente, la mayor diferencia que existe entre Podemos y los partidos políticos tradicionales. Es cierto. Vamos despacio. Estamos aprendiendo a caminar, poco a poco, de una manera lenta pero segura, entre las instituciones y la calle. Siempre lo hemos dicho: un pie dentro, poniendo a disposición de la democracia todas las herramientas que encontremos, y otro fuera, con la gente, con quienes nos ayudan a no perder la perspectiva. Para eso nacimos: con la idea de transformar el cómo, los procedimientos y la forma (valga la redundancia) en cómo se han venido haciendo las cosas. Para cambiar los procesos de decisión política que afectan a una mayoría social que, generalmente, no es escuchada ni es tenida en cuenta para nada.

Así que, partiendo de la desoladora experiencia de los incendios del pasado mes de diciembre, nos hemos propuesto volver a uno de los lugares más castigados por el fuego: A Caridá. Ahí se celebrarán mañana unas jornadas para que el dolor de una tierra que se quebró por los cuatro costados dé paso a una reflexión que es oportuna, necesaria y que, sobre todo, debe ser colectiva. Pues este es el único modo de cambiar realmente los paradigmas que no han funcionado hasta hoy y que son la verdadera causa tanto de los incendios como de la despoblación rural y de la pérdida de empleo en nuestros pueblos.

Un encuentro que abordará los problemas del medio rural asturiano en relación con el sector forestal. Y que nace con la vocación de alimentar de propuestas el trabajo desempeñado por nuestras compañeras tanto en el Congreso de los Diputados como en la Junta General del Principado o en el Parlamento Europeo. Y es que sólo la participación ciudadana será capaz de lograr un nuevo diseño de las futuras formas de gobernanza en el campo asturiano que sea equilibrado entre la protección del medio ambiente y la creación de empleo.

Discutiremos sobre las raíces históricas y sociológicas de la situación de declive socioeconómico en el medio rural, también acerca de los desajustes del actual modelo de gestión forestal, evaluando las diferencias entre los discursos, los planes oficiales de las administraciones y la aplicación real de las políticas públicas, y, por supuesto, debatiremos la adecuación de las políticas de prevención de incendios en zonas forestales.

La nueva política europea de desarrollo rural establece la necesidad de apoyar la gestión forestal sostenible y de reforzar los lazos entre la agricultura y la silvicultura, así como apostar por la innovación y la transferencia de conocimiento. Entendemos que es una oportunidad para nuestra tierra: por lo compleja y lo rica que es nuestra Asturias. Si somos capaces de apostar por esa transferencia e innovación podremos garantizar la biodiversidad de los bosques pero también su productividad, su capacidad de regeneración y su potencial para cumplir, ahora y en el futuro, funciones ecológicas, económicas y sociales.

Nuestros montes son una oportunidad única para mantener con vida el medio rural. Por eso debemos impulsar una gestión forestal alternativa en el marco de la Política Agraria Común, con el horizonte cercano puesto en 2020, y que cuente con todos los actores. Así pues, mañana en A Caridá intentaremos construir ese marco donde los intereses de la protección del medio ambiente y de la creación de empleo y de bienestar se encuentren. Estoy convencida de que la mejor manera de luchar contra el fuego es reavivando los pueblos. Porque nuestros montes son nuestro futuro.

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