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Meditaciones desde Paraxes

Celsa Díaz

Política analógica en un mundo digital

El 6 de agosto de 1991, Tim Berners-Lee pone en línea el primer servidor web. A partir de ahí la información comienza a transmitirse y compartirse de manera global, sencilla y rápida; el mundo se contempla con otros ojos y desde otras perspectivas. Veinticinco años después pienso en las posibilidades desperdiciadas para democratizar la política con todas sus consecuencias. Los primeros pasos dados desde la oficialidad de los partidos se tradujo en un mero sistema de propaganda a mayor gloria de candidatos y cargos internos. Cuando, acuciados por las circunstancias, hubieron de plantear utilizaciones más complejas, la política tradicional, renunciando a lo que podría haber sido un nuevo Ateneo de participación ciudadana, se enfangó en una especie de chigre global donde priman el comentario más o menos ingenioso, las descalificaciones papanatas o la imagen simpaticota y cercana. Equivalente virtual al gobernante cuyo éxito radica en repartir saludos, frecuentar los bares, contar chistes y asistir a funerales y festejos populares. ¡Qué desperdicio!

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