Cuentan los que le conocen que no hace muchos años César Luena, secretario de organización del PSOE (no vamos a entrar si en funciones o no porque no hay forma de darlo resuelto en el día), andaba emocionado en las fiestas de Anguiano (La Rioja). El motivo no era otro que ese mismo día había estado con lo que él llamaba "el número uno". Y Luena, en pleno éxtasis socialista, no hacía más que buscar a conocidos en la verbena para compartir su ilusión? "El número uno, el número uno", gritaba cerveza en mano. A mí Felipe González también dejó de molarme cuando dejo la chupa de polipiel, pero entiendo que Luena tenga que estar estos días pasándolas canutas: cuando te falla tu número uno, te falla. La solución está en buscar mentores y guías espirituales más cercanos, gente más de a pie y con poca prosa para no complicarnos. Los que crecimos con Espinete, como Luena y yo, sabemos que siempre nos quedará el puercoespín rosa. Y éste, éste no falla? na, na, na.
