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El comadreo se hunde

Dicen en La Pola que el comadreo está de capa caída, y es que lo de andar de folixa entre semana, por mucho que lo marque el calendario, pasa factura. Al final, con los años, uno acaba perdonando la nocturnidad y todas las fiestas acaban pasándose al fin de semana. Eso sí, lo que no perdonan en la Pola es el bollo, ¡hombre, claro! Que eso no le quita el sueño a nadie. De todas formas, las comadres no deben perderse y no hay nada más prestoso que una resaca por haber salido a desfogar un poco con unas amigas, echar cuatro bailes, cuatro canciones al aire y dejar el mundo correr. Vivimos demasiado preocupados de los horarios y nos estamos perdiendo lo mejor por lo que estamos aquí, cosas como el "comadreo". Siempre pensé que vale más pedir perdón que pedir permiso, y opino también que vale más una comadre resacosa que una mustia en el sofá. El año que viene quemamos la Pola de Siero, comadres.

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