La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ramón Díaz

Orientalia

Ramón Díaz

El verdadero valor de las cosas

En estos tiempos difusos sólo cuenta el valor urbanístico de los bienes, por importantes que sean. El valor de mercado. De ahí que la única solución para salvar el palacio de Partarríu de la ruina que lo amenaza parezca ahora mismo robarle el alma, destrozando su entorno con vacuos edificios de apartamentos, seguramente microscópicos, y como guinda, un supermercado excesivo. Si no hay pelotazo, ahí se caiga el caserón de viejo con toda su historia dentro. Ya no hay románticos, ya no hay indianos. No quedan hombres y mujeres como aquellos que vivían con la firme idea de volver al terruño para comprar la mejor finca y levantar en ella la mejor casa. Con palmera, claro. Y de paso, pagaban fuentes, lavaderos, escuelas, boleras y plazas. Quizá para alardear, pero lo hacían, que es lo que queda. Ahora sólo cuenta el negocio. Tendrán más dinero, pero son más pobres. Porque desconocen el verdadero valor de las cosas.

Compartir el artículo

stats