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Ramón Díaz

Orientalia

Ramón Díaz

El rastro del dinero

La orgía de recalificaciones y obra pública sin control vivida hasta que en 2008 la burbuja que entre todos hinchamos nos estalló en la cara atrajo hasta esta comarca a lo mejor de cada casa. Desde tipos muy bien asesorados que compraron terrenos rústicos que en pocos meses eran recalificados por arte de magia, hasta tahures que, con el aval de aquellos bancos de entonces que te prestaban lo que pedías y el veinte por ciento más por si acaso, compraban y vendían simples planos, humo. El caso es que todos aquellos millones que flotaban en el aire se esfumaron y muy pocos vecinos de la comarca se hicieron ricos. Al contrario: hasta los más apegados al sector inmobiliario quizá tengan ahora más deudas que hace diez o veinte años. Entonces, ¿quién se llevó las ganancias? Pues algunos listos, que huyeron con los bolsillos llenos, dejando tras de sí esqueletos de edificios y empresas quebradas. Y, por supuesto, la banca, que nunca pierde.

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