Que sí, que la pasarela del puerto de Llanes debió instalarse en otra zona, por ejemplo, donde durante tantos años estuvo el paso. Que sí, que los 400.000 euros que costó fueron un dispendio y quizá ese dinero hacía falta para cosas más importantes. Que sí, que para decidir su ubicación lo mismo se tuvieron en cuenta intereses particulares y se miró, más que nada, beneficiar a algunas personas. Vale, vale y vale. Pero, dicho esto -y criticándolo porque si así fue estuvo mal y no deben repetirse actuaciones de ese tipo-, la pasarela no parece que desentone, ni que quite vistas a ningún sitio, ni que haya quedado tan mal. Es más, cualquiera diría que a mucha gente le gusta la dichosa pasarela. Claro que en este tipo de asuntos prima la opinión personal, y cada cual tendrá la suya. Una más: la pasarela no molesta, está bien. Pero es sólo una opinión. Para saber la de todos haría falta un referéndum. ¡Anda, justo lo que anunció el actual gobierno!
