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El vergonzante canto rodado de Covadonga

Sobre la dejadez de la Administración hacia el principal santuario mariano de Asturias

No puedo quedarme callado. Pasan los meses, incluso los años, y no hay manera humana de que alguien con mando en plaza de un puñetazo en la mesa del organismo competente para que de una vez por todas se acometa la renovación de la explanada alta del real sitio de Covadonga. De vergüenza puede tildarse la actual situación de ese emblemático lugar del santuario mariano, sin visos de solución a corto plazo. Parece que el laicismo, válgame Dios, se impone con fuerza a estas alturas del siglo XXI en la denominada "cuna" de la Reconquista, pues, de otra manera, no se entiende el pasotismo en pro de acondicionar y mejorar ese lugar.

Para nada vamos a retroceder al antaño proyecto de instalar un ascensor panorámico u otro artilugio llamativo para comunicar la finca de Les Llanes, en la zona de El Repelao, con la parte alta del santuario de Covadonga; para nada vamos a escribir sobre toda la retahíla de posibles teleféricos y demás remontes anunciados, pero nunca deseados, para tan singular enclave turístico-religioso; y, por supuesto, para nada buscaremos polemizar con aquel proyecto, ya obsoleto y caduco, que hacía hincapié en un acceso rodado por "la caja" de Muñigu a modo de circuito en dirección única. Nada de eso.

Insisto, no me voy a callar. Me resulta deplorable que durante los últimos lustros, año arriba o año abajo, nadie con peso específico en el Gobierno del Principado de Asturias haya decidido aprobar un proyecto para acondicionar la deteriorada, destartalada y denigrante explanada alta del real sitio de Covadonga, desde los aledaños de la santa cueva hasta la basílica.

El en otros tiempos canto rodado del pavimento presenta un aspecto que hace ruborizarse al más pintado de los visitantes. Y eso sin esperar a que alguno de los peregrinos llegue a torcerse los tobillos por el pésimo piso.

Ya se anuncian llevar a cabo acciones de promoción del santuario de Covadonga cara al 2018, aunque espero y deseo que se actúe en consecuencia, en lo concerniente a mejoras en materia de infraestructuras, mucho antes de conmemorar esa efeméride. Y es que, por si aún lo desconoce la mayoría de la ciudadanía de la comunidad autónoma, se avecina un triple aniversario en el citado ejercicio 2018: el centenario de la coronación canónica de la imagen de la Santina, patrona de los asturianos y asturianas; se cumple también un siglo de la declaración como parque nacional de la Montaña de Covadonga (actual Picos de Europa); y, para rematar, se celebra el 1.200 aniversario de la creación del reino de Asturias.

¿Alguien duda en poner el valor el real sitio de Covadonga y sus alrededores? Tanto el Ejecutivo del Principado de Asturias como el Consorcio Interautonómico del parque nacional, sin olvidar el Patronato Real de la Gruta y Sitio de Covadonga, tienen mucho que decir. Creo que sobran más palabras.

De momento, a la vista de cómo se ningunea el asunto de la destartalada explanada de Covadonga, habrá que contentarse con el retorno del final de etapa de la Vuelta Ciclista a España a los míticos Lagos de Covadonga, concretamente el último lunes del próximo mes de agosto. Mejor que se difundan imágenes desde los helicópteros, en altura, para evitar el sonrojo ajeno por el pavimento de la explanada alta del santuario. Insisto, no es nada nuevo, pero manda bemoles la demora de las autoridades competentes en darle una solución al problema, como si la cosa no llevase tiempo destartalada. ¿Será indispensable la visita a Covadonga del Papa Francisco para actuar en consecuencia? ¿Habrá que esperar a la entrega de atributos a la flamante Princesa de Asturias?

La verdad, no entiendo ese ninguneo. Me suena sintomático que únicamente se acuerden de Covadonga cuando se avecina el 8 de septiembre, festividad de la Santina y, al mismo tiempo, Día de Asturias. Pero, pese a ello, tampoco en tan señalada fecha se toman medidas para acordar encargar un proyecto de mejora del canto rodado de la explanada del santuario. Cierto que no queda nada para el 2018, aunque, a tenor de cómo van las cosas, no sé hasta qué punto interesará darle un cambio integral al real sitio. Quede claro que no se insiste en obras faraónicas -teleféricos, remontes, autovías...- ni nada por el estilo. Sólo acondicionar una de las zonas más visitadas de toda Asturias: el real sitio de Covadonga.

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