Ahora que se han apagado los ecos de la agria discusión surgida en Llanes en torno a la (de momento) fallida propuesta del Gobierno local de habilitar una "playa para perros" durante la temporada de baños, quizá sea el momento de exponer algunas consideraciones. Primera, que aunque se permitiera en el futuro el acceso de animales domésticos a una o más playas de la comarca, no se podría restringir el acceso de ningún usuario, pues en España estos espacios son públicos. O sea, no puede haber playas sólo para bañistas con mascota. Segunda, que los perros deben permanecer en todo momento en la playa, atados con su correa, y en el caso de razas potencialmente peligrosas, con bozal, porque así lo exige la legislación vigente (Real Decreto 287/2002). Tercera, que fuera de la temporada estival los perros sí pueden estar en las playas, con las restricciones antes mencionadas (correa y, en su caso, bozal). A partir de aquí, el debate.
