La proyectada área de servicio de la autovía del Cantábrico en Llanes, como el Aguamía y el Calabres, aparece y desaparece, en su caso según soplen los vientos políticos. Y ahora vuelve a soplar con fuerza el gallegu. Todos los estudios concluyen que estaría mejor en Lloviu, en Ribadesella, pero el Ministerio de Fomento -o alguien de cualquiera o de sus múltiples departamentos- está empeñado en abrirla en Celoriu, a menos de cinco kilómetros de otra zona de servicios, la de Bricia, en la parroquia de Posada. La clave, quizá, es que esta estación de servicio ya existente es privada, con lo que el Estado, la Administración, los administradores, los políticos al fin y al cabo, no tienen tela que cortar: no hay concesión, ni dineros, ni (dirán los malpensados) comisiones. Así que se saltan los informes, las negativas municipales y las afecciones ambientales, y van al grano. Será que algo los pica.
