Los dos últimos no han tenido suerte. No hay permiso para que una cofradía de Semana Santa cante una saeta desde el balcón del Ayuntamiento. Y no era una saeta cualquiera: nada menos que la condena de Cristo a la cruz. Tampoco hubo fortuna en octubre para los que llegaban a la ciudad a protestar contra los premios "Princesa" de Asturias". Nada de subir, aunque el Alcalde improvisó para ellos un hotelito en la sala de prensa. Sí tuvo chance la bandera arcoiris de la identificación gay. Ondeó ufana este verano. Y también subieron en tropel los héroes del ascenso en Cádiz, con el PP ya en vía de salida. En junio, en el primer aniversario del tripartito, la ciudad espera un balcón azul. Del Oviedo.
