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Pablo Iglesias, de tapadillo en Las Caldas

El interés vecinal en recuperar el nombre del fundador del PSOE para el paseo de la localidad

Mi amigo Carlos Fernández Llaneza escribió hace unos días sobre la historia de la plaza ubicada en el centro de Las Caldas, que tras una desafortunada operación de cirugía antiestética ha perdido todo su encanto. Nuestro Paseo en el que jugué de niño, asistí a las misas de campaña el 15 de agosto, corrí la galga en compañía de mis amigos a algunos vecinos con personalidad singular, participé en los bailes de disfraces con motivo del fin de la temporada de baños, cuando Las Caldas se transformaba en Les Caldes porque llegaba la estación otoñal? es el Paseo de Pablo Iglesias, denominación que conocí gracias a mi vecino Manuel López, que en paz descanse.

Amador Alonso, Dorito, también fallecido, me facilitó la fotografía con una vista de esta plaza en la que se ve la columna y las placas con el nombre del fundador del Partido Socialista Obrero Español. La historia de esta denominación ya la ha contado detalladamente Carlos en su artículo "Nombres en la sombra del tiempo", pero el asunto tiene enjundia.

Allá por el año 1986 descubrí en el archivo municipal el escrito de la Agrupación Socialista de Priorio solicitando esta denominación y las firmas de varios vecinos en el año 1933. Tardé cuatro años en sacar el tema a colación y en 1990 la prensa comenzó a dar información sobre el Paseo de Pablo Iglesias. LA NUEVA ESPAÑA publicó el 19 de julio de 1990 un reportaje con el titular "Pablo Iglesias, fundador del PSOE, dará nombre a Las Caldas". El 26 de julio de 1990 este diario retomó el asunto con otra noticia: "El nombre de Pablo Iglesias vuelve a Las Caldas, por un pleno de 1993". La sección Cartas al Director del periódico difundió el 5 de agosto de 1990 un artículo firmado por quien suscribe: "El paseo de Pablo Iglesias-Las Caldas. Una polémica". Unos días después, Pelayo Álvarez Fernández escribió en esta sección una carta que tituló "El paseo de Las Caldas". La Voz de Asturias el 29 de julio de 1990 realizó el reportaje "Por la calle de en medio" en relación con el asunto que nos concierne. Allí recogió información entre la que destaca la opinión de dos vecinas.

Una de ellas, María, con ochenta y seis años, declaró al respecto: "lo guapo que era el pueblo antes, con tanta gente que venía a tomar las aguas y el paseo de Las Caldas se llenaba de puestos el día de mercado; también recuerdo cuando se llamaba Paseo de Pablo Iglesias". Leonor de la Fuente, bastante más joven que María, incluso podía ser su hija, dijo: "Yo conocí siempre este paseo con el nombre de Las Caldas, pero mi madre todavía recuerda cuando se llamaba Paseo de Pablo Iglesias." No sólo los documentos que obran en el consistorio, sino la memoria de los vecinos corrobora esta denominación. Sin embargo el presidente de la Asociación de Vecinos en aquel año se oponía e incluso negaba la mayor; nada de extrañar porque de todos era conocida su ideología, pues fue candidato junto con otro miembro de la asociación en aquel partido político de efímera vida, cuyas siglas eran SI, Solución Independiente, en las elecciones municipales de 1987.

Su propuesta era otorgar el nombre de Don Urbano a esta plaza. ¿Pero, quién fue Don Urbano?. Un benefactor que, mediante placa laudatoria o simplemente una placa, recibió en vida el reconocimiento de sus vecinos. Sirva de ejemplo la construcción del porche y la capilla funeraria de la iglesia parroquial, la fuente, lavadero y abrevadero en Casielles, el puente sobre el río Gafo en el Molín del Medio, los mapas murales de escayola con el relieve de la Península Ibérica, la fuente del Paseo con motivo de la traída de aguas. En fin, fuera de lugar aquella alternativa, máxime si la denominación solicitada en 1933 nunca fue revocada por los diferentes ayuntamientos franquistas.

¿Por qué desapareció el nombre de Pablo Iglesias? Porque en pleno contexto de contienda civil un camión maniobrando derribó la columna y las placas; nadie se preocupó de reponerla y tras la caída de Asturias en manos de los nacionales mucho menos. Así pues, haya o no placas en tanto en cuanto una corporación democrática no lo revoque esta plaza es el paseo de Pablo Iglesias, nos guste o no. Esta junto con el Paseín, espacio que había frente al antiguo cine, antigua fonda La Comodidad, era propiedad del Hotel-Balneario, pero este como contrapartida a la aportación municipal para cubrir el río cedió estos terrenos al municipio de por vida a principios de la década de 1930. El alcalde Antonio Masip ordenó el 16 de noviembre de 1990 la colocación de las placas señalizadoras del parque o paseo, pero nunca se hizo efectivo este mandato amparado en el decreto de la alcaldía del precitado día. Curioso, un alcalde socialista que no se preocupó de controlar la ejecución de su decreto. A partir de 1991 y hasta 2015 el ayuntamiento fue gobernado por el PP. Decidí dejar esta cuestión en proceso de hibernación; igual me equivoqué porque no me extraña que cupiese la posibilidad de encontrarme con una lección de pluralismo inusual. Cosas más raras se han visto.

El 18 de junio de 2015 presenté una solicitud en el Registro municipal con número 2015/56327 dirigida al recién estrenado alcalde del Ayuntamiento de Oviedo, Wenceslao López, del PSOE. A mediados de agosto, dos meses habían pasado de la constitución de la Corporación, me dirijo por correo a este señor. La respuesta en ambos casos fue el silencio.

No puedo comprender que un Ayuntamiento que tanto exhibe su progresismo dé la callada por respuesta ante una petición fundamentada en todos los sentidos. Esta manera de proceder por parte del equipo de gobierno es el ejemplo más claro de desprecio, falta de consideración y respeto a un vecino. La norma más elemental de educación es responder a los administrados y no cometer los mismos errores que los que consideramos adversarios. Todo un despropósito por parte de los responsables del gobierno de este municipio.

Siempre fui partidario de no tergiversar la Historia, eso lo dejo para los sectarios, para las ideologías extremas cuya diferencia es que unos levantan la mano, los otros el puño, para los talibanes, los fanáticos? para los que apuestan por la propaganda, el populismo y no por ser respetuoso con los hechos históricos tal como han sucedido. Al hilo de estas cuestiones me llama la atención lo que se ha hecho en las parroquias de Caces y Puerto.

Allí y en las condiciones que todos conocemos o debiéramos conocer se construyeron dos bloques de viviendas, las llamadas colominas, que en su fachada exhibían como no podía ser de otra manera un friso con dos hileras de azulejos en los que se había grabado el yugo y las flechas con la denominación Patronato Laboral Francisco Franco; ahora son el grupo La Rienda y Las Viñas respectivamente. No estoy de acuerdo, fue una obra que se hizo en aquel momento y debe mantenerse la denominación histórica.

El pueblo que no conoce su Historia, que la presenta desde una óptica subjetiva, tendenciosa e intenta borrarla está condenado a sufrir de nuevo los mismos errores.

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