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Biógrafo de Tino Casal

25 años sin el gran Tino Casal

En memoria del artista de Tudela Veguín

Qué rápido han pasado estos 25 años? Recuerdo como si fuera ayer aquella noche del sábado, 21 de septiembre de 1991. No paró de llover muy fuerte sobre Madrid. Tino tenía previsto ir a cenar al restaurante "El Poleo", situado en el bonito pueblo de la sierra madrileña Patones de Arriba. Pero la fuerte lluvia le hizo cambiar de planes a última hora y decidir quedarse en Madrid. A pesar de ello, Tino no pudo esquivar al destino.

A las 7 de la mañana de aquel fatídico domingo, 22 de septiembre de 1991, con los primeros rayos del sol y con una "estaca" en el corazón, como uno de esos vampiros a los que tanto adoraba, nos dejaba para siempre Tino Casal. El coche en el que viajaba como copiloto derrapó en la carretera mojada y se estrelló contra una farola, con la mala fortuna que con el impacto frontal -Tino no llevaba puesto el cinturón de seguridad- se le rompió una costilla que le partió el corazón.

Este Nosferatu asturiano, amante del más allá, de lo enigmático, de lo prohibido, de lo transgresor? dejó una huella difícil de borrar entre todos nosotros. Prueba de ello es que, 25 años después, seguimos profesándole el mismo cariño y admiración que por aquel entonces, o aún más si cabe.

Tino era mucho Tino. Su inigualable y personalísima voz destacó sobremanera en el pop español de los años 80. Pero no fue ésa su única virtud. Casal era un artista en el amplio sentido de la palabra. Todo lo que tocaba lo convertía en arte. Desde una camisa, una chupa de cuero, pasando por una hoja de un bloc de dibujo, una pared de una casa de pueblo o un lienzo? Tejidos exóticos y de diferentes texturas, colores imposibles, agudos vocales personalísimos, estilismos pertenecientes a un futuro aún por llegar. Tino tenía tanto dentro. Tanto talento. Tanto que ofrecer aún...

Con tan sólo 41 años nos dejó un legado impresionante. Canciones ya clásicas, cuadros oníricos, esculturas que reflejan su personalidad más íntima, diseños de modelones impresionantes, producciones discográficas, fotografías que van por delante a años luz.

Yo me pregunto qué pensaría Tino sobre las nuevas tecnologías existentes actualmente. Creo que con el talento que tenía y con estos nuevos instrumentos hubiera llegado aún más al público, más a nivel internacional. Hubiera sido todo más rotundo, como a él le gustaban las cosas. Todo a lo grande.

Porque Tino iba más allá del resto de músicos o cantantes. Era la exageración personificada. Sin embargo, en él era lo natural y le quedaba como un guante? de leopardo con uñas metálicas. Él era así. Fue coherente y auténtico hasta el final.

Tino, allá donde estés, recuerda que desde aquí nunca nos olvidaremos de ti y seguiremos trabajando por honrar tu memoria.

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