Desde hace un tiempo, y en los últimos días con mayor intensidad, aparecen noticias sobre el callejero de Olivares, noticias rellenas con algunas verdades, medias verdades, medias mentiras, mentiras y algo de demagogia barata.
Hagamos un poco de historia. El despegue urbanístico del barrio de Olivares empezó en los comienzos de los años 90 del pasado siglo; hasta entonces era una aldeuca con caleyes de tierra, poca luz en ellas, saneamiento a trozos y agua corriente desde hacía no demasiados años. A partir de mediados de los 90 explotó el boom constructivo que nos convirtió en lo que ahora es, básicamente, el Olivares actual.
En esa época se creó la primera asociación de vecinos de la zona (de la que fui miembro fundador) y una de nuestras primeras peticiones fue dotar de nombres a las calles. En los 20 años transcurridos, todos ellos bajo el gobierno municipal del PP, todas las infraestructuras, centro social, parque, campo de futbol, canchas de tenis y pádel, etc., han mejorado Olivares y su entorno, pero los sucesivos gobiernos del PP se olvidaron de las calles y su numeración.
Ahora, más de 20 años después, muerta la primera asociación de vecinos durante unos años, renacida poco hace cual ave fénix (otra vez miembro fundador: puro vicio) y coincidiendo con los finales del mandato PP y el cambio de gobierno municipal, se retoma el tema del callejero con algunos problemillas en su desarrollo. Parece que algunos miembros de la directiva de la asociación de vecinos le vendieron a la concejalía de la señora Taboada la moto de que una opción de la asociación era que las calles llevasen nombres de futbolistas del Oviedo; no es cierto del todo; primera media mentira que, honradamente, creo que de buena fe, la señora Taboada se creyó, e incluso llegó reflejarse en la prensa.
A finales de agosto pasado (2016), tras una convocatoria informal de la junta directiva, se nos informa a todos los miembros de la misma del amagüesto que ya estaba casi cocinado. Tras una nueva reunión formal de la directiva en la que, con reparos, se aprobó una lista de futbolistas históricos originarios de Oviedo (estaba incluso Joaquín, futbolista internacional español, nacido y residente en Olivares), se obligó al presidente a convocar la asamblea de vecinos con un único punto del orden del día: que a las calles de Olivares se les diese esos nombres, reunión que tuvo lugar a finales de septiembre. En ella, tras larga discusión, se votó la propuesta de la junta (nombres de futbolistas) que salió derrotada ampliamente; además, se comentó mayoritariamente (no estaba en el orden del día) que se mantuviese la toponimia histórica de la zona y que la votación popular quedase restringida a los vecinos de Olivares.
A la concejalía de la señora Taboada le contaron otra media verdad/mentira, de manera que se abrió un proceso para designar las calles en el cual una serie de vecinos presentasen propuestas temáticas (vaya, una restricción). Cerrado el plazo, tres de ellas estuvieron relacionadas con la toponimia de la zona (que se refundieron en una sola) y otra con nombres de futbolistas clásicos del Oviedo (mentira total, refrendada en parte por algún periodista mal informado); los defensores de esta última propuesta son, mayoritariamente, socios de la peña azul Olivares y algunos miembros de la directiva de la asociación que, de manera a mi entender indigna, no han sabido aceptar el mandato de la asamblea y, sin dimitir de la junta, torticeramente buscan salirse con su fanática propuesta (aunque parezca increíble llegan a proponer dar el nombre de una calle a Juan Mata, cuando éste ya tiene un parque con su nombre, ni Cervantes ha sido tan honrado).
En la propuesta del Ayuntamiento la votación se realizaría de forma presencial en el centro social de Olivares y telemáticamente en unas fechas (después del 5 de enero actual) a determinar y en ella podrían intervenir todos los censados en Oviedo mayores de 16 años.
En diciembre pasado se presentaron y defendieron las propuestas, tras convocatoria de la señora Taboada, en una reunión moderada por ella en el centro social de Olivares; tras un enriquecedor debate en el que una amplia mayoría de intervinientes se manifestó a favor de mantener la toponimia histórica y que la votación de las propuestas quedase restringida a los censados en Olivares, la señora Taboada, desde mi punto de vista absolutamente neutral, instó a argumentar por escrito y por registro del Ayuntamiento esta opción. Así lo hice.
¿Cuáles fueron mis argumentos para defender una votación restringida? Pues básicamente dos. Primero: a la inmensa mayoría de los vecinos de Oviedo les da exactamente igual como se llamen las calles de Olivares. Segundo: ¿quiénes podrían estar motivados por tan memorable hecho? Pues a la vista de las propuestas, además de los vecinos de Olivares que estuviesen concienciados, a las peñas azules, movilizadas sin el menor género de dudas por la peña azul Olivares, ¿o a alguien le cabe la menor duda? Una votación con un sesgo tan notable sería completamente irregular.
El día 5 me llamaron para informarme de que mi recurso a las bases había sido tenido en consideración, y ahí empezó el llanto y crujir de dientes de algunos, la demagogia barata de otros diciendo que la resolución dividía más al barrio (¿más?, ¿cómo?, pensemos un poquito antes de hablar por favor).
Creo que en este caso la resolución tomada se ajusta a una de las mejores soluciones posibles. Gracias a los que la tomaron, empezando por la actitud receptiva de la señora Taboada. No sé los resultados de la votación, evidentemente tengo mis preferencias, pero sin histeria y con grandes dudas, pero aceptaré pulpo como animal de compañía y barco como animal acuático, quizás no sin un cierto rubor o vergüenza, pero lo aceptaré. Lo que me hubiera gustado es que hubiese imperado la sensatez, que se mantuviese en parte la toponimia y en parte otras cosas, ¿qué más da nombres de algunos futbolistas, tenistas, escritores, músicos, etc. relevantes?, lo importante es que tengamos un callejero sensato para orientar a los taxistas, pizzeros, ambulancias, carteros, etc. Lo demás es insensatez, integrismo, tozudez o ... puro vicio.
