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La tarjeta que nunca existió

Sobre el permiso para aparcar de Agustín Iglesias Caunedo

El miércoles, en la comisión de Atención a las Personas, el Comisario Principal de la Policía Municipal desmontó el montaje urdido por el tripartito para seguir su miserable cacería contra el líder de la oposición: Caunedo nunca tuvo una tarjeta para aparcar en zona azul. La que solicitó y se le concedió era sólo para circular por la calle Carpio para poder trasladar material a su despacho. Así de claro y contundente lo declaró el jefe de la Policía, que es quien firma esas tarjetas, dejando en evidencia a quienes durante las últimas semanas han vilipendiado con mentiras a Caunedo.

Que nunca tuvo esa tarjeta era ya evidente desde el momento en que ni siquiera la retiró (de hecho, la tarjeta figura en el expediente-montaje del concejal de Seguridad Ciudadana), ya que para circular por calles peatonales no hace falta llevarla en el coche puesto que la matricula de los vehículos autorizados se introduce en el ordenador y las cámaras ya no le multan. Si hubiera sido para aparcar en zona azul, tendría que llevarla en el coche. Nunca tuvo tarjeta para la zona azul, pero eso lo saben desde el principio los miembros del tripartito y el siniestro y gafe concejal de Seguridad Ciudadana que no quería hacer una investigación; quería montar una coartada para seguir la vil y fascista cacería política y personal del tripartito contra el líder de la oposición.

Ricardo Fernández debe dimitir por esta chapuza sin paliativos y por su irresponsabilidad al sembrar el desorden, el enfrentamiento y los afanes de revancha en el seno de la Policía Municipal. Estamos ante un montaje y actuación indecentes para sostener un gobierno inútil que sólo sabe hacer propaganda de la peor calaña, utilizando los recursos más miserables y con una preocupante tendencia a usos y modos fascistas.

¿Cómo iban a aceptar un análisis forense de los ordenadores para saber quién y cuándo metió todos los datos manipulados por el concejal de Seguridad Ciudadana? No lo pueden aceptar porque se demostraría palmariamente que estamos ante un montaje hecho a medida de las peores esencias del tripartito.

Aquí, en Oviedo, los únicos que tienen privilegios son Wenceslao López, que mientras boicotea la Semana Santa en Oviedo se va a tomar el sol a un gran hotel de lujo gallego de la misma empresa, y con la misma política laboral, que dirige el Reconquista -aquí el tripartito defiende el boicot a esa empresa pero en Galicia para que Wenceslao disfrute del lujo y el sol, no hay tal boicot- ; y la señora Taboada, a la que le devuelven el coche de la grúa sin multa y sin cobrar el arrastre; y el señor Rosón, que tiene toda una tarjeta negra para convertir en su cochera particular una plaza de aparcamiento público. Su coche permaneció en estos dos años días y noches, incluso semanas enteras, aparcado en los espacios reservados -sólo para días y horario laborables- para la Corporación, aprovechándose así de su cargo para que los vecinos perdieran esa plaza por la noche y los fines de semana. Seguro que todos los jóvenes y no tan jóvenes que salen los fines de semana consideran un gran privilegio que Rosón tenga cochera privada en suelo público para salir de copas.

El 'okupa' Rosón, el imputado Rosón, también debería pedir disculpas a los ovetenses por su privilegiada cochera en el centro de Oviedo. Eso sí que es ser un caradura. Esa sí es toda una tarjeta negra. Eso sí refleja la verdadera esencia del efecto tripartito, con un gobierno inútil que utiliza medios indecentes para intentar acabar con la oposición porque saben ya muy bien que sólo así podrían evitar que los ovetenses les den la patada en el culo que merecen personajes de esta calaña y con inclinaciones fascistas tan pronunciadas.

Y no hay que olvidar que el gran responsable de toda esta forma tan asquerosa de hacer política y del evidente deterioro del clima político municipal es Wenceslao López, quien permite, cuando no promueve, los insultos, mentiras y miserables montajes de sus compañeros de tripartito. Él es el culpable de este Oviedo negro que están intentando construir.

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