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La mar de Oviedo

Fazeburlas

En la Librería Santa Teresa, a partir de hoy, expone Fran Díaz-Faes sus dibujos con texto. Él mismo anuncia sus influencias (San Juan de la Cruz, Brossa, Castelao, Jardiel Poncela, Séneca, La Codorniz, sus paisanos Vital Aza y Castañón...) y añadiría yo, yendo atrás en la historia de la pintura, parentescos con las figuras torturadas de Egon Schiele; las redondeadas, fatigadas y escondidas, a veces en la calle, de Toulouse-Lautrec; las afroditas y afroditos, en cuclillas, de Degas; la intención revolucionaria de Juan-François Millet, en el trazo y en lo trazado; los apuntes rápidos y libres de las Betsabé de Rembrandt; hasta un punto etrusco le veo a Fran, y también lo vi en las obras paleolíticas de la cueva de Chauvet, en Ardéche, al sureste de Francia, y en la cueva Fumane, al norte de Italia. Como el mágico prodigioso, el alma dio Fran a su pasión, sus esperanzas al viento y a la burla el sentimiento.

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