No podría imaginarme que aquel 17 de febrero de 1968 iba a ser uno de esos días que te marcan para toda la vida. Era sábado y un grupo de cinco veinteañeros salíamos de Tudela Veguín en un coche alquilado al cercano concejo de Aller, para, como tantos jóvenes de ayer y de hoy, disfrutar de aquella noche de fin de semana.
En la sala de fiestas Olimpia de Caborana actuaban "Los Juniors", en aquel baile se elegía la Maja de Aller y la joven elegida sería la representante del municipio en el concurso regional que, organizado por un diario ovetense, decidiría la Maja de Asturias.
Tres de aquellos amigos (J. Carlos Pinto, J. Antonio Quintanal y Luis G.ª Cuartas) eran componentes del grupo musicovocal "Zafiros Negros", del que dos años antes ya había "volado" Tinín (después Tino Casal) como cantante de Los Archiduques de Grao. Los dos amigos restantes (Vicente Arbesú y yo) éramos habituales acompañantes de aquel excelente conjunto orquestal de Tudela Veguín que tantos éxitos alcanzó por los escenarios asturianos.
La noche transcurrió en un ambiente agradable dando lugar al intercambio de amistades entre los dos pueblos (entonces importantes núcleos mineros), el baile finalizó pasadas las tres de la mañana, iniciando entonces el regreso para subir El Padrún, bajar a Olloniego y volver a nuestras casas en Tudela Veguín.
Pero en ese viaje de vuelta... No podré olvidar nunca aquel traidor firme resbaladizo en La Pasera de Mieres, el patinazo del coche y el estúpido accidente que segaría la vida, en plena juventud, de Tonio Quintanal. Ilesos del accidente y desconcertados, aquellos cuatro compañeros no conseguíamos dar crédito a aquel desgraciado desenlace.
El recuerdo de aquella trágica noche me resulta imborrable, porque (¡los contrastes que tiene el destino!) Dios había querido poner en mi camino esa misma noche y en aquella sala de fiestas, a Isabel Mallada, mujer que años después iba a ser la esposa y compañera en nuestro viaje por la vida. Pero este no es el motivo de este escrito, sino el homenaje-recuerdo a uno de los grandes veguinenses nacidos en este pequeño pueblo asturiano:
A ti, José Antonio Quintanal Llaneza (Tudela Veguín, 1943- Mieres, 1968) que fuiste el alma máter de "Zafiros Negros", de tu estilo y forma de ser nació este gran grupo musical del que brotaría asimismo Tino Casal, artista integral veguinense también malogrado años después por el cáncer de la carretera.
Tus aportaciones a la cultura musical asturiana son indudables, pero yo quiero recordarte hoy también por otras facetas, tal vez más personales y absolutamente subjetivas: Tu lealtad y sentido profundo de la amistad, ya que fueron muchas las vivencias comunes que compartimos a lo largo de la infancia y la adolescencia; para mí eras el amigo-maestro, siempre con la seriedad en todos tus cometidos y referencia como estudiante modélico primero en la escuela nacional que compartimos y luego en la Universidad Laboral y en la Escuela de Minas, ya en estudios superiores.
Como final, querido Tonín, y desde aquí abajo, te voy a pedir que nos sigas reservando alguna de las melodías que tocabas con aquella preciosa guitarra rítmica de color azul de "Los Zafiros".
Nos sonará a la misma gloria que, a buen seguro, estarás disfrutando ahí arriba.
Un abrazo de tu siempre amigo.
