Quizá para poner al mundo cabeza abajo como indica el título, regresa "Immaculate Fools", tras 18 años de silencio, icónica banda ochentera, que cosechó mayor número de éxitos en España que en la escena británica. Se mantiene Kevin Weatherill y ya quedan para la memoria las aportaciones de su hermano Paul y de los originales Ross (Andy y Peter), así como Devlin, Skidmore y Wickens. Tras varios años con proyecto personal (Dirty Ray) en marcha y alguna que otra grabación, Kevin Weatherill desea con este ocasional regreso (de momento en larga gira de presentación) hacer sonar los temas del grupo (originales y regrabados algunos de ellos) como debieron sonar entonces a su entender. Ahora están a su gusto y sin ceder ante el peso de la nostalgia. Aquella línea de oscuro pop poético y desencantado con rasgueos folk, que aún mantienen grupos paralelos como "Levellers", "Waterboys" u "Oyster Band", vuelve a sonar en "Immaculate Fools" con nuevos componentes y el lógico transcurrir del tiempo. Temas largos, evocadores, rotundos y bien armados, donde ya merece la pena la nueva audición del título que dio mítica al grupo. Aquellos jóvenes de entonces, aquella generación de los ochenta, mayormente vencida por el tiempo y sus tentaciones. Poesía de derrota como siempre supieron cantar los locos inmaculados.
