Ser "curvy" y vestir a la moda es difícil empresa. Las tiendas con la ropa más holgada incrementan la media de edad de sus clientas. Y Ariana Saavedra, de Piedras Blancas, se niega a batallar con septuagenarias por una prenda. "Ha habido una mejoría en los últimos años, pero comprar ropa sigue siendo un calvario. No hay ropa para mi edad y muchas veces me he visto obligada a vestirme de señora", reconoce.
Los mensajes señalando los kilos aparecen por doquier. "Nos quieren inculcar una determinada belleza de cualquier forma. A través de la música, de la moda, de los deportes? Tienden a convencernos de que debe ser así, pero no es verdad", se rebela. Se mantiene firme en sus convicciones, pero ha tenido momentos de zozobra. "A veces he pensado en adelgazar, pero yo estoy más sana que muchas amigas que están más delgadas que yo", destaca.
Y un matiz: esas exigencias sólo se hacen a las mujeres. "Con los hombres no pasa. Una mujer puede ser delgada o gorda por constitución, pero siempre está en el punto de mira". Dice que la sociedad española "todavía tiene mucho por aprender al respecto". Su interés por el tema lo demuestra con datos de cómo funcionan las cosas en otros países. "Los modelos XL en Norteamérica son algo muy común. En cambio en América del Sur es imposible, no hay nada de eso", explica. Acercándose a Europa, pone como guía a Inglaterra, guardándose los reproches para España. "Aquí no lo ven como algo normal, les cuesta mucho aceptarlo, lo quieren ocultar y quieren inculcarnos una mujer que es irreal. Para ser guapa puedes ser de cualquier manera", expone. "Parece que quieren una mujer andrógina, sin curvas, llegando a ser más bien un hombre. Eso debería cambiar. Porque la belleza está en cualquier sitio", concluye.
