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Los soldados imperiales del HUCA

Los hermanos Luis y Santiago Jiménez Treviño, psiquiatra y pediatra, respectivamente, se visten de "Stormtroopers" de "La guerra de las galaxias" para animar a los niños ingresados en el Hospital

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Miembros de la 'Legión 501' de Star Wars en Asturias, en el HUCA

Lo que ustedes están viendo en la gran fotografía que abre este reportaje es absolutamente excepcional. Por dos razones, la primera es: en la imagen aparecen, a la izquierda, Luis Jiménez Treviño y, a la derecha, su hermano Santiago, ambos médicos, el uno psiquiatra en el centro de salud de La Ería, en Oviedo, y el otro pediatra en el Hospital Central, el HUCA. Están vestidos así porque así van vestidos -como los soldados imperiales o "Stormtroopers" de la saga de "Star Wars"- cuando visitan a los niños ingresados en el centro para darles ánimos y llevar un poco de fantasía a la rutina hospitalaria. Cuando los ven aparecer, los guajes alucinan. Al segundo, todos se piden fotos con ellos. Gracias a estos dos hermanos, el HUCA podría ser el único hospital de la galaxia homologado para tener ingresado a George Lucas, el creador de todo ese universo cinematográfico.

La otra razón por la que la imagen superior resulta excepcional es ya para especialistas, para frikis en estado puro: aparecen sin cascos. Y en puridad no deberían. Todos los soldados imperiales son clones de un personaje llamado Jango Fett y, por lo tanto, debajo de la armadura siempre tiene que aparecer el mismo rostro. Están rompiendo peligrosamente la ortodoxia galáctica. Uy.

-De hecho, hemos tenido que pedir permiso. Hay un señor en Lucasfilm, Pete Vilmur, que lleva las relaciones con los fans y al que hay que comunicar estas cosas.

Después de todo, estas armaduras blancas son un icono de la cultura contemporánea. Los dos hermanos Jiménez Treviño pertenecen a la llamada "Legión 501", una organización de fans de "Star Wars" cuyos objetivos son promover la afición por este mundo estelar, facilitar el acceso a los trajes de la saga y desarrollar causas solidarias. Esta última misión fue la que llevó a los dos médicos a alistarse en la división española de la "Legión 501", que se denomina "Spanish Garrison". Actividad solidaria: festivales con los que recaudan fondos para causas benéficas o en los que tratan de animar niños enfermos, como es su caso. Los Jiménez colaboran especialmente con la asociación Galbán, de padres con niños enfermos de cáncer. Y todo eso se resume en el lema de la Legión: "Los chicos malos haciendo cosas buenas". En el mundo hay 9.000 integrantes de la Legión, en España 300 y en Asturias sólo ocho. Contándolos a ellos. "A ver si este reportaje sirve para reclutar a gente".

Luis fue el que empezó y lo hizo por culpa de su hija Carmen, de 9 años, gran aficionada a "Star Wars". Ella también tiene su traje, el de Sabine Wren, personaje de la serie "Rebels", uno de los "spin off" de la saga. La niña iba a participar en el Halloween de La Fresneda y el padre pensó que si había que acompañarla disfrazado, mejor hacerlo a lo grande. En la urbanización aún recuerdan aquel soldado imperial de impecable factura. ¿Quién sería? Lo frieron a fotos.

Luis también ha llevado al lado oscuro a su mujer, Gala, para la que confeccionó un traje de jawa, otro de los personajes de la saga. Estos hombrecillos van cubiertos con una túnica y gran capucha, tienen el rostro siempre en sombra y dentro brillan dos ojos amarillos. No fue uno cualquiera. Luis quería un traje canónico, que bien pudiera formar parte de cualquier película. En el rodaje del "Episodio IV" de Star Wars (el primer filme) se utilizaron pertrechos militares de la II Guerra Mundial para ataviar a los personajes -las capas jedis eran mantas para soldados-, así que Luis consiguió una cartuchera del Ejército sueco de esa misma época.

Su traje de "Stormtrooper" está trabajado en extremo. Dentro del casco, por ejemplo, ha colocado dos pequeños ventiladores de ordenador. Porque ser soldado del Imperio y estar a las órdenes de Darth Vader es, sobre todo, algo muy sofocante.

Aunque ya había otras personas en Asturias promoviendo la afición por "Star Wars" (Valentín González y Alba Riestra, promotores de la asociación Orden 66), Luis fue el primer integrante de la "Legión 501" en el Principado. Su hermano no tardó en enrolarse. "¡En cuanto vi el traje!", añade Santiago mientras va sacando todas las piezas que componen la armadura. La consiguieron por internet (600 euros). Recibieron apenas las piezas blancas, con la rebaba del fundido del plástico. Corre de cuenta del nuevo propietario ir añadiéndole todos los detalles. Se coloca sobre un jersey y un pantalón de licra negros y a correr. Impresionan los detalles cuidados al extremo que tienen estos trajes, que han de ser validados por los responsables de la "Legión 501", quienes velan porque todos sigan fielmente los modelos de las películas. La armadura de los hermanos Jiménez procede de una que, a su vez, fue fundida sobre el molde de una original de la película "El retorno del Jedi". Viéndolos vestirse, se supone que su casa tiene que estar llena del merchandising que ha hecho multimillonario a Lucas.

-No, ¡qué va! Lo que sí tengo es un despacho entero dedicado al grupo "Kiss".

Lo dice Luis, que posee un tesoro de recuerdos del cuarteto de rockeros maquillados y, de entre todo lo que posee, lo más preciado son unas botas que calzó el bajista Gene Simmons en la gira de 1990. Firmadas por él mismo.

-Y su hermano Santiago, ¿también es de "Kiss"?

-No, él es más de Spiderman.

De hecho Spiderman es el "alter ego" de Santiago. Tiene un traje espectacular del hombre araña y con él también visita a los niños enfermos. A veces hace trampa y cuando va a visitar a los pequeños con la armadura de soldado imperial les susurra algo como: "Ya me han dicho que eres amigo de Spiderman". Y al crío se le quedan los ojos como platos.

Los dos comparten el gen coleccionista, que han heredado de su padre, el también médico Juan Ramón Jiménez, que fuera jefe de Radiología del Hospital Central. De hecho, fue él quien involuntariamente les fue inculcando la afición por "Star Wars". "Cada vez que hacía un viaje fuera, pues nos iba trayendo figurillas de la película y así poco a poco..."

Los chicos malos que hacen cosas buenas salen fuera del HUCA para posar para LA NUEVA ESPAÑA delante de las grandes letras que nombran el edificio hospitalario. A cada segundo, pacientes y visitantes los detienen y le preguntan si pueden hacerse una foto con ellos. A la salida pasan por delante de una fachada cubierta con cristal de espejo y ven su reflejo blanco, ya mitológico. Detrás del casco, se escucha decir a Luis: "La verdad, cuando me veo así, me digo: Oye, cómo molo".

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