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Bueno, una marea alta de discípulos

El fallecido profesor propuso clasificar a los numerosos seguidores del materialismo filosófico en tres "oleadas" intergeneracionales desde 1976, con una evolución en la que no faltan turbulencias

Bueno, una marea alta de discípulos

Aquel lunes de octubre de 1998 quedaría grabado en la memoria de quienes lo vivieron. Gustavo Bueno daba su última lección en la Universidad de Oviedo desde las escaleras de la Facultad de Filosofía ante los alumnos que llevaban días en huelga por la orden burocrática de retirarlo. Aquella escena que aunaba despedida y rebeldía simboliza la influencia de Bueno no sólo como pensador, sino también como guía intelectual de numerosos discípulos que pertenecen a distintas generaciones. ¿Cómo clasificar las distintas ramas surgidas del árbol buenista que hunde raíces en el materialismo filosófico? El propio Bueno sugirió en 2003 el término "oleada", aunque no llegó a cristalizarlo por escrito. Sí lo hizo la avilesina Sharon Calderón Gordo en la revista "El Catoblepas", estableciendo tres "oleadas", y no generaciones, "según las personas que se incorporan al desarrollo de esa corriente o sistema filosófico, cualquiera que sea la generación a la que pertenezcan". Es decir, que es posible que una "persona de mayor edad se incorpore al sistema en oleadas más recientes, como tendría que hacerlo la teoría de las generaciones. Asimismo, quienes pertenecen a una oleada en un momento dado pueden desvincularse del sistema en otro momento de su evolución personal, y quienes pertenecían a otra corriente pueden incorporarse al sistema en otro momento de su evolución biográfica". Apoyó esta teoría el profesor de filosofía Tomás García López, para quien "la idea de oleada evita el reduccionismo biológico adherido a la noción orteguiana de generación". La influencia de Bueno en tiempo real "trasciende con mucho la barrera cronológica de los quince años. O dicho de otra manera: no hace falta 'tener la misma edad' o ser coetáneo para pertenecer al grupo del materialismo filosófico con todas las de la ley filosófica". Así, explicó, Julen Robledo, nacido en 1988 e incorporado al círculo materialista, tiene "las mismas competencias filosóficas respecto al uso y aplicación del materialismo filosófico" que García, superados los 70. Es decir, "los 43 años de diferencia entre ambos no son obstáculo para que sigamos de la misma manera al maestro, aunque pertenezcamos a oleadas distintas y no seamos de la misma generación".

No obstante, como veremos más adelante, no todos los discípulos de Bueno comparten esta clasificación.

En palabras de Calderón Gordo, la primera oleada del materialismo filosófico (1976-1985) arranca con los primeros pasos del grupo creado alrededor de Bueno en el departamento de Filosofía de la Universidad de Oviedo. El libro "Diccionario de filosofía contemporánea" dejó constancia de la existencia de ese grupo, y en sus páginas colaboraron José María Laso, Vidal Peña, Tomás Ramón Fernández Rodríguez, Julián Velarde, Alberto Hidalgo, Pilar Palop y José Manuel Fernández Cepedal. Como miembros de esta primera oleada Calderón cita a Juan Cueto Alas, Isabel Lafuente Guantes, Juan Ramón Álvarez Bautista, Carlos Iglesias, Ricardo Sánchez Ortiz de Urbina, Tomás García López y Manuel Fernández Lorenzo. Antes del arranque "oficial" de esta oleada se había producido una suerte de escisión en el núcleo de intelectuales próximos al pensamiento de Gustavo Bueno: el etnólogo Ramón Valdés, que, tras años de buen entendimiento con el filósofo, quien llegó a ser su primer director de la tesis, terminó dejando Oviedo tras quebrarse la relación en 1970 y pasando a la Universidad Autónoma de Barcelona.

De 1986 a 1995 se desarrolla la segunda oleada del materialismo filosófico, que estaría formada por Gustavo Bueno Sánchez, Elena Ronzón, David Alvargonzález, Juan Bautista Fuentes, Pedro Santana, Alfonso Tresguerres, Carmen Baños, Fernando Pérez Herranz, Felipe Giménez, Eliseo Rabadán, Jesús Vega López, Secundino Fernández y Pablo Huerga. Para el recuerdo, las tensiones con Lluis Xabel Álvarez y Amelia Valcárcel.

Tercera oleada: 1996-2005. A esta oleada última pertenecerían Pelayo García Sierra, Felicísimo Valbuena de la Fuente, Oscar Clemotte-Silvero, Evaristo Álvarez Muñoz, Marcelino Suárez Ardura, Sharon Calderón Gordo, Atilana Guerrero, Pedro Insua, Nicole Holzenthal, Javier Delgado Palomar, Antonio Muñoz, José Manuel Rodríguez, Iñigo Ongay de Felipe, Pelayo Pérez, Rufino Salguero, Raúl Angulo, Montserrat Abad, Juan Antonio Hevia Echevarría, Antonio Sánchez, Joaquín Robles y Silverio Sánchez Corredera. En 2003 se celebró en Murcia un congreso de filosofía en torno a Bueno en el que se produjo un fuerte debate con Fernando Pérez Herranz.

Sin embargo, no hay unanimidad en aceptar las "oleadas". Un discípulo de Bueno que prefiere el anonimato argumenta que el filósofo fallecido esta semana "expuso esa teoría, pero a la hora de publicarla no quiso hacerlo él mismo. Cuando Bueno consideraba valioso algo de lo que él hacía, defendía su autoría y su originalidad ante terceros y denunciaba los plagios, lo que me hace pensar que él mismo quiso poner distancia con esa clasificación que, en todo caso, desde su propia gnoseología, sería meramente fenomenológica. Bueno hizo esas distinciones delante del público de la última oleada de los más jóvenes, una oleada que, en aquel momento, era más un proyecto que una realidad. Y lo hizo para animarles a incorporarse al proyecto materialista, para que se sintieran reconocidos e incluso reivindicados frente a las oleadas anteriores. Ése es el contexto de esa teoría que los de esa tercera oleada acogieron con regocijo, pues era la institucionalización de un reconocimiento". Otro discípulo anónimo es tajante: "Es una mala teoría, una falsa teoría, y lo peor, una teoría falsa".

Quien sí da su opinión abiertamente es el catedrático Silverio Sánchez Corredera: "Hablar de tres oleadas es cómodo porque sirve para desplazarse en la tradición del materialismo filosófico (MF), aunque de manera superficial. Tendría que ver con tres momentos expansivos: 1) los orígenes de Oviedo, 2) el núcleo de discípulos en Asturias (esencialmente), uno de cuyos centros de divulgación es la Sociedad Asturiana de Filosofía (donde yo me ubico), 3) el afianzamiento nacional y la proyección internacional. En esos tres momentos evolutivos, en los que se pueden ver tres oleadas, se va abriendo una diversidad de seguidores del MF muy matizada y diversa. En el congreso de Murcia (septiembre de 2003) empieza a ponerse de manifiesto una escisión dentro del MF: hay un MF que simpatiza cada vez más con una ideología próxima al PP (y aquí se ubicaría el último Bueno, en ruptura con su planteamiento marxista anterior), y hay un MF que, consciente de la crisis de las ideologías, se mueve más tratando de promover la llamada 'séptima generación de la izquierda' (donde Bueno también se hallaría, más doctrinal que ideológicamente). Yo, por mi formación y trabajo como profesor, me encontraría presente es la segunda oleada, pero por mis publicaciones me ubico mejor en el fragor de la tercera oleada, donde puede decirse que el MF se puede recorrer por dos sendas (al menos) que se van distanciando... Hoy habría dos niveles de seguidores: 1) los MF de 'derechas' (en parangón con la derecha hegeliana: todos los contenidos defendidos por el maestro son defendibles) y 2) los MF de 'izquierdas' (en correspondencia con la izquierda hegeliana: Marx...), que se distancia de la ideología personal que Bueno parece mantener en su última deriva. Yo, claramente, no comparto la deriva ideológica a la derecha de facto, aunque sí comparto la necesidad de un nuevo planteamiento ideológico que corrija ciertas excentricidades de cierta izquierda divagando, pero para seguir planteando un discurso moral coherente con los objetivos de la tradición de izquierdas. Con la limitación que este medio impone y consciente de que harían falta muchos matices, creo que por aquí van los tiros. La cuestión que se suscita es ésta: ¿El MF del futuro crecerá sustentado esencialmente en las últimas posiciones ideológicas de Bueno o se desplegará más bien desde las raíces de un sistema de ideas que recorre toda su obra (donde sus distintos posicionamientos ideológicos no serían más que accidentes)?

Buena pregunta, profesor.

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