Durante el verano de 1962, un avión, un Piper PA-18A-135 SuperCub, realizó varios vuelos por toda Asturias. A lomos de aquel aeroplano, un equipo de fotógrafos de la empresa Sistemas Aéreos Comerciales Españoles (SACE), afincada en Barcelona, se dedicó a fotografiar diversos enclaves asturianos. Un trabajo que cristalizó en una serie de 279 fotografías y que ahora, casi 55 años después de aquellos vuelos, ve la luz.
Activa entre 1960 y 1986, SACE se dedicaba a hacer fotografías aéreas oblicuas por encargos de particulares y empresas. Durante ese cuarto de siglo en el que se mantuvo activa, la empresa realizó millares de fotografías, en color y en blanco y negro, retratando los cambios urbanos e industriales que se registraron en aquella España del desarrollismo y, posteriormente, en la Transición democrática.
En Asturias, los empleados de SACE, entre ellos el fotógrafo Carlos Rodríguez Escalona, realizaron al menos tres vuelos entre el 1 de agosto y el 29 de septiembre de 1962. Aunque no está claro quién les encargó la realización de las fotografías, en sus vuelos los profesionales de la empresa barcelonesa recogieron numerosas imágenes de la industria gijonesa y avilesina, además de las cuencas mineras, y cubrieron casi todo el casco urbano ovetense, así como otros enclaves de concejos como Siero, Villaviciosa y Teverga.
Tras el cierre de la empresa, el fondo histórico de SACE pasó a los archivos públicos, y actualmente se custodia en el Institut Cartogràfic i Geològic de Catalunya. Un organismo que ha catalogado y digitalizado los fondos, y que ha permitido a LA NUEVA ESPAÑA reproducir una selección de esas fotografías para presentárselas a los lectores asturianos.
A través de estas imágenes de hace medio siglo, confrontándolas con la visión actual de los mismos parajes, se puede constatar el cambio radical que ha experimentado Asturias en las últimas décadas. La evolución urbanística de las grandes urbes de la región queda de manifiesto al rescatar una Oviedo previa a la urbanización del campo de maniobras de Llamaquique o la extensión que llegó a tener el psiquiátrico de La Cadellada, así como los primeros esbozos de la expansión urbana de Gijón. En cambio, en Avilés los fotógrafos de SACE se centraron en captar la gran industria de la zona, algo que también ocupó sus esfuerzos en las cuencas mineras. Se trata, en definitiva, de un vuelo al pasado que nos muestra cómo hemos cambiado.
