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Una actividad con éxito creciente en Asturias

El pasado siempre vuelve: el auge de las recreaciones históricas

La escenificación de hechos pasados, tanto de forma rigurosa y con afán didáctico como enmarcada en eventos festivos, vive un momento de esplendor

El pasado siempre vuelve: el auge de las recreaciones históricas

El diablo está en los botones. Para lograr una buena recreación histórica, hay que prestar atención a cada mínimo detalle, tanto de la sucesión de los hechos históricos como del vestuario y el utillaje. "En las recreaciones tiene que haber rigor, y que cada elemento sea lo más similar posible a los de la época recreada. No puedes llevar unos botones de plástico, hay que llevar los que se usaban en esa época", explica Luis Manuel Rubio, de la Asociación de Recreación Histórico Cultural de Asturias (ARHCA). Una fidelidad que propicia no pocos quebraderos de cabeza para los aficionados al recreacionismo, pero que tanto el público como los propios participantes en estas actividades valoran especialmente.

El recreacionismo es una afición al alza. Este mismo fin de semana, en el marco de la celebración del Día de Asturias, el Ayuntamiento de Cangas de Onís organiza la actividad "Astures: Pelayo, nuestro rey", cuyo punto álgido fue la coronación, ayer, del caudillo visigodo como primer monarca del Reino de Asturias. Una iniciativa que sigue la estela de otras actividades similares que, siempre acompañadas de una gran expectación, han proliferado por toda la región en los últimos años.

El interés por recrear acontecimientos históricos en Asturias viene de lejos. Fiestas como los Exconxuraos, en Llanera, o el Desembarco de Carlos V, en Tazones, han crecido a partir de la escenificación de hechos del pasado. Pero los recreacionistas insisten en separar sus actividades de este tipo de celebraciones. "En nuestras actividades prima la fidelidad histórica pura y dura. Y tiene que recrear un hecho histórico, por supuesto. Pero en las fiestas hay más de fábula que de historia, y no hay rigor. Nuestras prensas son de lana, de lino, están cosidas a mano? Todo lo que usamos nosotros es exactamente igual que lo que se usaba en la época", afirma Víctor Vega, de la asociación cultural Kérberos. "A mí, un traje completo me sube 800 euros. Eso es algo que hay que remarcar. Y no es estar en contra de las fiestas, una cosa no quita la otra y también nosotros hemos colaborado en ese tipo de eventos, pero hay que diferenciar", añade Luis Manuel Rubio.

El rigor se explica, en gran medida, en que buena parte de los miembros de estos colectivos llegan al recreacionismo a partir del estudio de la historia, ya sea por afición o a través de una formación reglada. "Muchos venimos del ámbito de la historia, y en el caso de nuestra asociación también los hay que proceden del mundo de la 'avantcarga', las actividades con armas que se cargan por delante, como el mosquete, que es lo que usamos nosotros", afirma Rubio.

Una vocación que hace que estos grupos realicen diversas actividades divulgativas en paralelo a sus recreaciones, y también que experimenten una primera fase de preparación muy intensa, antes de lanzarse al ruedo. "Es uno de los procesos que diferencia a un grupo de recreación histórica de un grupo de fiestas. Nosotros estuvimos tres o cuatro años documentándonos sobre cómo eran los uniformes, los equipos, las formaciones, las reglas para orquestar los movimientos de las unidades... No empezamos a hacer las recreaciones hasta que logramos encontrar todo lo que buscábamos", explica Rubio.

El caso de ARHCA es paradigmático en Asturias. Con una década de experiencia en actividades recreacionistas, han encabezado actividades como la conmemoración de la batalla de Peñaflor, en Grado, que reconstruyeron en 2009, cuando se cumplieron 200 años, y en 2010, una reedición motivada por el éxito de la primera. "Fue una de las primeras grandes recreaciones que hubo en Asturias y era muy completa, teníamos incluso artillería y caballería", recuerda Luis Manuel Rubio.

Las guerras napoleónicas es el principal ámbito de ocupación de ARHCA, que ha participado en la recreación de batallas como Waterloo o Leipzig, y que forma parte de la Asociación Napoleónica Española. Pero en el panorama asturiano del recreacionismo se puede encontrar aficionados casi a cada época de la historia. El colectivo "Peplo" trabaja el ámbito civil vinculado a la romanización; la Asociación de Recreación Medieval Asturiana (ARMA) se centra, como su propio nombre indica, en la época comprendida entre los siglos IX y XV; "Frente del Nalón" trabaja la Guerra Civil. Por su parte, la asociación "Kérberos", el grupo "La Guardia" o la Asociación de Recreación Histórico-Cultural ARHEM se definen como colectivos multiépoca, aunque han descollado respectivamente con sus actividades centradas en la Roma Antigua, el Medievo y la Segunda Guerra Mundial.

Algunos de estos colectivos, de hecho, nacen con el objetivo de cubrir huecos en el mundo del recreacionismo. Es el caso de "Peplo", cuyos miembros colaboraban con otros colectivos antes de independizarse: "Participábamos en las recreaciones militares romanas, acompañando como civiles, que era nuestro interés. Así que decidimos hacer una asociación para recrear el mundo civil romano", explica Gloria Roza. Esta experiencia previa permitió además a "Peplo" participar en recreaciones desde su misma formación, sin necesidad de afrontar una preparación previa en exceso dilatada ni de afrontar la siempre compleja búsqueda de vestuario y útiles.

"Cada época tiene sus dificultades, pero es cierto que el siglo XX es más fácil acceder a la documentación, sobre todo para ver los uniformes. En épocas anteriores tienes que basarte en cuadros, o en otras cosas menos tangibles. Pero para el siglo XX hay muchas opciones, e internet nos ha permitido el acceso a mucho material. Eso, alimentado por el cine y por películas como 'Salvar al soldado Ryan', explica en gran medida la recreación histórica que vemos hoy día", explica Vicente Suárez, de ARHEM. La asociación, que lleva activa desde 2008, organizó una espectacular reconstrucción del desembarco de Normandía en Castropol, en 2010. "Las recreaciones de la Segunda Guerra Mundial tienen mucho éxito por toda Europa, están muy extendidas. En España, como el conflicto apenas nos tocó, no hay tanta afición. Pero aquella experiencia tuvo muy buena acogida porque además logramos traer vehículos, que anima mucho al resto de las asociaciones para participar", afirma Suárez. Entre sus próximos proyectos, ARHEM está en conversaciones con el Ayuntamiento de Oviedo para desarrollar en la capital una actividad similar a la que organizó en Castropol.

Pese a esta ingente actividad y al volumen de figurantes que pueden llegar a mover en una recreación, estos colectivos tienen pocos miembros. Por lo general, oscilan entre los 10 y los 20 colaboradores fijos. "Mucho más no es manejable", explica Juan Flórez, presidente de ARMA, quien en todo caso aclara que depende del colectivo: "En nuestro caso somos una asociación sin ánimo de lucro, pero ahora mismo hay gente que le está echando mucha cara y lo ve como una manera de sacar dinero".

Flórez incide en que el auge del ámbito de la recreación propicia la proliferación de empresas orientadas a eventos de celebración histórica, pero también sostiene que hay colectivos que aprovechan el éxito para hacer caja. "Nosotros evitamos las fiestas y vamos a las recreaciones puras, lo que sacamos lo invertimos en pagar los viajes cuando vamos a participar en actividades fuera de Asturias", sostiene Juan Flórez.

Esta distinción entre las fiestas y las recreaciones puras es remarcada por todos los colectivos. Pese al éxito de eventos como las luchas astur-romanas de Carabanzo, el desembarco de Carlos V en Tazones, la Semana Medieval del Castillo de Gauzón, los Exconxuraos de Llanera o incluso la Feria de Indianos de Ribadedeva, para los recreacionistas no puede hablarse de la misma actividad. "Cumplen una función turística, que es muy respetable, y además son actividades que suelen estar muy bien. Pero no tienen el rigor de una recreación histórica", insiste Luis Manuel Rubio.

"El Desembarco de Tazones no tiene nada de recreación histórica. Y a los Exconxuraos fuimos alguna vez, porque parecía que podía evolucionar hacia el recreacionismo. Pero no hay interés en llevar la actividad hacia ese terreno: lo que quieren hacer es una fiesta. Que está muy bien, ojo, pero que no es lo que nosotros hacemos", asegura Víctor Vega.

"Establecer esa distinción es importante, y es complicado sobre todo para la recreación medieval, ya que te suelen poner al lado de un mercado. Pero nosotros buscamos el máximo rigor histórico, nos gusta estar preparados y no queremos que se nos confunda con ese tipo de eventos. Que todo es respetable, y hay gente que participa en estas actividades por mero entretenimiento y está bien, pero lo que nosotros hacemos es algo muy academicista, casi museístico. Y cada vez más", reflexiona Pelayo Megido, vicepresidente del grupo "La Guardia".

El caso de este colectivo multiépoca, que recrea hechos históricos entre los siglos VIII y XIXI, es también paradigmático en tanto en cuanto nació en paralelo a la Escuela Asturiana de Esgrima Antigua, en 2011. "Surgió como una entidad hermana, y aunque todavía hoy hay un núcleo de miembros que estamos en ambos grupos, se han acabado separando porque tienen finalidades distintas", señala Megido. En la actividad de "La Guardia", continúa, prima la difusión histórica, por lo que aprecian el auge del recreacionismo, ya sea en su vertiente más purista o en la festiva: "El poder tocar la historia, palpar nuestro pasado, nos parece una manera muy amena y divertida de entender lo que pasó a nuestros ancestros", sostiene Megido. "La recreación histórica es una manera de hacer cosas nuevas y vivir la historia desde dentro. Eso es lo que la hace tan atractiva y lo que lleva a muchas personas a introducirse en estas actividades, y por eso es una afición en auge en toda Europa", añade Gloria Roza.

El rigor y la componente lúdica que acompañan a estas iniciativas ha logrado incluso convencer a muchos historiadores de las bondades de la recreación. "Lo fundamental es que sirven para recordar una época histórica del pueblo o la ciudad. A partir de ahí, conociendo mejor la historia podemos orientar mejor el presente", sostiene Francisco Javier Fernández Conde, Catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo. El historiador insiste en que, si bien el rigor es recomendable, todas las recreaciones, incluso las festivas, tienen un valor: "En unos casos la vestimenta está mejor recreada y en otros es más de 'cartón piedra'. Pero cumplen una función lúdica y, a la vez, es como una clase popular de historia. Si además de entretener es buena, estupendo. En el fondo, la historia, conocerla y comprenderla, es como asomarse a un teatro".

Francisco Erice, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad de Oviedo, se muestra menos receptivo a estas iniciativas: "Me parece una actividad lúdica legítima, pero que normalmente tiene poco que ver con el rigor histórico. Creo que tienen sobre todo una pretensión turística, como el caso del Desembarco de Carlos V, o que nacen del interés de los aficionados a la historia militar. Pero no me parece que tengan especial relevancia para la difusión histórica".

En cambio, el arqueólogo Rogelio Estrada si aprecia el potencial de las recreaciones históricas para la difusión del pasado, y distingue además estas actividades de las celebraciones festivas o turísticas: "Creo que son una ayuda, sobre todo si son rigurosas. Son actividades, sobre todo aquellas vinculadas a un hecho concreto, que aportan mucho al conocimiento de esos hechos. Me parece una afición muy sana y una actividad de divulgación muy recomendable".

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