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Rebajas para alargar las compras de Navidad

Los comerciantes asturianos esperan una buena campaña de descuentos pese a la fuerte presión de internet, donde los precios bajos son permanentes

Rebajas para alargar las compras de Navidad

Las ventas durante las rebajas ya no son lo que eran, ni las de la campaña de Navidad tampoco. El consumidor ha cambiado y la forma de vender y de llegar al cliente también. La reflexión es del comerciante ovetense Luis Bobes, que regenta un negocio muy tradicional, una sombrerería en pleno centro de Oviedo, pero que se ha lanzado a vender por internet y es también el vicepresidente de la Asociación de Comercio Electrónico de Asturias (Asceas). "Internet es un mundo muy raro", añade.

En la red, el escaparate está siempre montado y nunca se echa el cierre, lo que explica buena parte de ese cambio de hábitos. Con ésas y aún digiriendo el atracón navideño, los comerciantes asturianos encenderán hoy una campaña de rebajas en las que tienen puestas muchas expectativas para conseguir que sus ventas remonten después de un fin de año que ha ido renqueante, protestan.

No habrá descuentos grandiosos, avisan. No está el horno para bollos. Pero tratarán de echar el resto en una temporada de descuentos que con el paso de los años ha ido descafeinándose debido a los cambios en su regulación (ya no tienen una fecha de inicio prefijada como antaño) y a los duros golpes del comercio on-line, que ofrece descuentos sempiternos.

Aun así, las rebajas aguantan el tipo con llamativos descuentos que durante los peores años de la crisis llegaron a ser realmente agresivos, pero que ya se van relajando. Diferentes estudios alertan de que estos días los asturianos gastarán más en ropa que durante el año pasado y que habrá más personas trabajando en el sector del comercio que en enero de 2017. Y eso que la gran mayoría de las compras se harán entre hoy y el próximo domingo. Concentradas en siete días. Así lo apunta Magdalena Huelga, secretaria general de la Federación Asturiana de Comercio (FAC). "El atracón es siempre durante la primera semana, luego la actividad y la afluencia de compradores va cayendo", afirma.

Pese a los golpes, las rebajas se resisten a morir y, según apunta Huelga, "continúa habiendo un efecto llamada entre los consumidores, que esperan por estas fechas para hacer sus compras. Los comerciantes tenemos bastantes esperanzas puestas en esta temporada porque venimos de un año (2017) lleno de altibajos en las ventas", añade.

A que las rebajas ya no sean lo que fueron ha contribuido, explica la gerente de la Unión de Comerciantes del Principado, Carmen Moreno, la ley nacional que en 2012 desencorsetó esta campaña del calendario. Desde entonces, cada comercio tiene libertad para poner los descuentos durante el periodo que mejor le convenga. Siempre dentro de unos límites, claro. Pero, incluso las grandes cadenas han seguido poniendo los descuentos en sus escaparates por las mismas fechas de siempre. Casi al unísono.

"La tradición, al final, ha acabado pesando más que la ley", señala Moreno. Su organización lleva varios años tratando de tumbar esa desregulación de los horarios comerciales, sin éxito. "Fue una normativa que se hizo a medida para dos grandes cadenas de distribución que son las que tienen el oligopolio", señala. En cada reunión que mantienen con el Gobierno central para tratar de reconducir la campaña a lo que había antes, asegura que el Ejecutivo siempre utiliza los mismos argumentos. Uno de ellos es que "internet está siempre de rebajas".

Aunque no siempre es así, alega. Las grandes plataformas de internet también buscan sacar el máximo provecho. Lógico, por otra parte. Hay un juguete, como ocurre casi todas las Navidades, que durante estas fiestas ha estado agotado en la inmensa mayoría de las tiendas físicas, explica Carmen Moreno a modo de ilustración y para reforzar su argumento de que las rebajas de la red no son eternas. Su precio ronda los 35 euros en las tiendas, céntimo arriba céntimo abajo, "pues Amazon", señala, oliéndose la escasez "ha puesto a la venta las pocas unidades que tiene por 250 euros". La diferencia es notable. "Esas plataformas usan sus algoritmos para encarecer aquellos productos para los que hay mucha demanda y poca oferta, y, al revés, rebajar los que tienen poca demanda y mucha oferta. Vamos, lo mismo que se ha hecho siempre en los comercios tradicionales", señala.

Eso no quita, no obstante, para que internet esté lleno de ofertas y promociones. "Hay tantas que el consumidor ya está un poco saturado", reconoce Huelga. De lo que no hay duda es de que el negocio on-line, al que muchos comerciantes no han tenido más remedio que subirse para no ser engullidos por la ola, ha provocado que los hábitos de consumo hayan cambiado de forma radical.

"Estamos viviendo una época de ajuste como la que hay después des una gran marejada", asegura Luis Bobes, que en su tienda, en la de a pie de calle, no hay rebajas. "Pero es algo de siempre", aclara. El principal problema ahora, señala el comerciante, es que la competencia en la red es "brutal". Lo importante es tener visibilidad, y para eso es necesario estar muy pendiente de la tienda digital subiendo contenido cada poco y actualizando la web prácticamente a diario. Todo para conseguir salir de los primeros en el buscador (en Google) cuando el consumidor hace una búsqueda en internet. "Si no estás bien posicionado, es como si no existieras".

El comercio on-line, asegura Bobes, ha sido una revolución completa. "Esto ha reventado por todos los lados, ya no vale nada de lo que había. En un principio internet era un canal de ventas muy bueno, pero ahora la competencia es brutal", señala. Como prueba de que los hábitos de consumo han cambiado como del día a la noche de unos años para atrás, el gigante de las ventas por internet, Amazon, informó que mientras la gran mayoría de los españoles trataba de no atragantarse con las uvas alguien desde un pueblo de Málaga compró un conjunto de gorro y bufanda de punto y lana. Le dio al botón de comprar a la cuarta campanada del año. Solamente seis segundos después alguien adquirió, a través de la misma web, un bote de aceite de motor para coches y un sensor de infrarrojos. La orden llegó desde Pontevedra.

"De repente los comerciantes (los de a pie de calle) nos hemos visto dentro de una tormenta perfecta", explica Luis Bobes, "ha bajado el número de clientes porque la gente tiene menos presupuesto para gastar, ha crecido con fuerza el comercio on-line y a muchos, encima, les han subido el precio del alquiler de los locales".

Mientras el comercio anda algo tristón y se agarra a las rebajas como a un clavo ardiendo, está dando palmas el sector de la distribución, que ha visto cómo, gracias a las compras por internet, su actividad crece con una enorme fuerza. Las empresas de paquetería funcionan desde hace tiempo a todo gas.

La compañía Correos, que se ha subido también a esta ola, asegura que durante la campaña de Navidad había constatado un incremento de su actividad del 50% respecto a la de un mes normal. Unos porcentajes similares constatan las compañías privadas de distribución. La previsión es que durante esta campaña de rebajas el reparto de paquetes continúe viento en popa y que las oficinas de Correos sigan repletas de compradores por internet. Tal ha sido la avalancha estas últimas semanas que algunos regalos de Navidad, los menos, no llegaron a su hora y la fecha de entrega tuvo que retrasarse, y otros lo hicieron por los pelos, según han denunciado algunas plataformas de consumidores.

La forma de gastar de los consumidores ha cambiado tanto que ahora las campañas de Navidad comienzan mucho antes de la Nochebuena. Lo hacen el último viernes de noviembre el llamado "Black Friday", una tradición traída desde el otro lado del charco, desde Estados Unidos. Es una campaña de descuentos que internet ha contribuido a expandir y popularizar y que hasta las tiendas físicas han tenido que adoptar. Ese día los más previsores aprovechan para hacer las primeras compras de Navidad a unos precios, generalmente, más económicos.

El problema que han detectado los comerciantes y que ilustra Magdalena Huelga es que muchos concentran sus compras en torno a ese "viernes negro" y luego en la semana posterior "igual no entra nadie en la tienda". Bobes asiente las palabras y añade: "La gente ha variado mucho su forma de consumir, antes venían a la tienda y preguntaban y querían que los orientaran; ahora vienen sabiéndolo todo porque lo han buscado antes en internet".

Como señala el catedrático de Comercialización de la Universidad de Oviedo, Juan Trespalacios, "el consumidor es cada vez más omnicanal". Es decir, primero se informa en internet de lo que quiere adquirir y luego va a la tienda a ver el producto. "Los ´millennials´ o la ´Generación Z´ ya no se conforman con la compra por internet, están volviendo su mirada a las tiendas físicas que son capaces de ofrecerles valor y conectar con sus intereses. Sobre todo, aquellas que les ofrecen personalización, nuevos servicios o puntos de encuentro".

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