María Fernández lleva año y medio como directora del Instituto de Productos Lácteos de Asturias (IPLA-CSIC), una institución con 51 investigadores. A sus 50 años, presenta una brillante carrera que no le ha impedido formar una familia. "Siempre tuve a hombres como supervisores, y nunca hubo problemas: nuestras opiniones se escucharon siempre. Pero la conciliación es una locura. Yo no hubiera podido seguir con mi carrera científica sin el apoyo familiar que tuve. Soy muy afortunada porque en casa se dieron cuenta de la importancia que esto tenía. Mis padres me ayudaron mucho con los niños y con mi marido hay reparto de tareas: el primero que llega hace la cena, o la compra", afirma Fernández, madre de tres hijos. A las oposiciones de científico titular del CSIC, de hecho, acudió embarazada de su tercer hijo.
