¡Ve al Oeste!

Descorchemos una botella de sidra. Que una película china llegue a nuestras pantallas es casi un milagro, Que, además, venga firmada por Jia Zhang Ke, obliga a quitar el casi. Cierto es que el cineasta ofrece aquí su obra más asequible y hospitalaria, pero no deja de ser un estilo y una mirada muy poco frecuentes en la cartelera actual, con un sentido del ritmo pausado que en ocasiones llega a invocar la impaciencia. Es un drama generacional puro y duro con saltos en el tiempo y el espacio, habitado por contrastes sociales evidentes, divergencias culturales e identidades en el alambre. La elegancia expositiva del director se pone de manifiesto en cada movimiento de cámara y se fija con encuadres casi pictóricos donde el manejo del color es magistral, Más allá de las montañas pierde fuelle, sin embargo, por un contenido demasiado maniqueo con frecuentes y a ratos banales mensajes cargados de moralina lanzados sin sutileza alguna contra la cara malvada del dólar, tan infantil en su retórica y sus simbolismos que va en contra de sus propios intereses y se mete un gol en propia puerta, a lo que que sumar la resta de algunos intérpretes que no dan la talla. De todos modos, viene bien despejar la vista de tanto cine de palomitas y saborear ese final conmovedor. Vayamos más allá de las montañas.

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