Cloud Gate Dance Theater es una compañía procedente de Taiwan. La llamada pequeña China es un reducido estado en extensión territorial pero inmenso en el disfrute del grandioso don de la libertad. La obra que representaron se titula "Rice". En este espectáculo el coreógrafo y director Lin Hwai-Min aparte del baile, añade una nueva dimensión artística a su trabajo beneficiándose y otorgándole un papel de co-protagonismo a los vídeos de Chang Hao-jan (Howell), que durante toda la función proyectan sobre el fondo y el suelo modulaciones cromáticas bien resueltas y altamente sugerentes convirtiendo el escenario en un verdadero arrozal, creando una sinergia que forma una comunión entre la danza, el ser humano y la naturaleza transformándose en una oda a la tierra. Utiliza los vídeos como el decorado o más bien el elemento natural en los que los bailarines pueden sumergirse como el nadador en el agua.

Las proyecciones nos introducen en las interioridades del paisaje de los campos de arroz, así como en las bondades e inclemencias meteorológicas y otros fenómenos de la naturaleza. La siembra, la cosecha, la destrucción, la renovación y el renacimiento. La amplificación de las imágenes nos da unos primeros planos de los cultivos, en los que casi nos mete dentro de una grano de arroz. Hwai-Min combina la estética y el estilo de la danza moderna occidental con las redondeces y los movimientos orientales. Sus rasgos más distintivos se caracterizan por los movimientos a cámara lenta inspirados en el tai chi; las rodillas flexionadas, inclinación del torso, las patadas de talón y golpes de éste contra el suelo.

La tierra, el sol, el agua y el fuego van marcando las expresiones y los modos. El propósito es dar una lectura poética y simbólica a todo la representación, que promulga un drama humano en paralelo al ciclo de la vida del arroz. Se divide en cuadros. No todos con éxito. Hubo secuencias monótonas y repetitivas. El episodio erótico fue insustancial, principalmente por la falta de luz. En realidad se quedó en un "montonillo" entre un hombre y una mujer que se enredan y revuelcan en el fondo del escenario mientras oíamos a la Callas en la Casta Diva. La representación se anima cuando un conjunto de hombres lucha y disfruta acrobáticamente con la varas largas golpeándolas contundentemente contra el suelo o ejecutando las mañas de las artes marciales. La última escena, después del devastador fuego que arrasa la cosecha, es desgarradora. Es un cuadro lúgubre, profundamente triste, que no se llega a comprender si no se penetra en su dimensión elegíaca. En él, un grupo de mujeres se mueven lentamente en la humedad de los arrozales con sus torsos encorvados y hombros redondeados, parecen llevar el peso de la vida sobre sus espaldas. Finalmente, una a una van cayendo al suelo.