Y de nuevo, otro tirón de orejas

Sobre la sentencia del caso de "la Manada" y su incompatibilidad con las posiciones de la ONU y el Consejo de Europa

La sentencia del juicio a la "Manada" nos abochorna en Europa. También en las Naciones Unidas. Purna Sern, coordinadora ejecutiva de la ONU Mujeres, señala explícitamente que el fallo judicial subestima la gravedad de las violaciones al tiempo que pone en peligro que se respeten los derechos de las mujeres. Mientras tanto, nuestro gobierno hace gala de una ceguera propia del que no quiere ver. Únicamente tras contemplar boquiabierto las multitudinarias movilizaciones convocadas por el movimiento feminista en cada rincón de España ha sido capaz de cuestionarse la vergonzosa resolución judicial que nos cosifica a todas.

Una vez más se hace evidente una justicia rancia y patriarcal a años luz de una sociedad mucho más moderna y avanzada que no tolera ya sentencias cómplices. Una vez más la indignación, la rabia y la ira, la sororidad, el orgullo y la fuerza de tantas compañeras y compañeros desbordan las calles y retumban en las plazas. Una vez más advertimos que no vamos a quedarnos paradas mientras nos agreden, nos violan y nos matan. Una vez más recordamos que lo gritaremos las veces que haga falta y ante quien sea necesario.

Estos días las mujeres de nuestro país nos sentimos desprotegidas y huérfanas al margen del amparo de la ley. Sentimos que esta justicia patriarcal nos culpabiliza, nos victimiza y ejerce sobre nosotras toda la violencia institucional determinando cuál ha de ser nuestro papel en esta sociedad: lo que somos, lo que son nuestros cuerpos, lo que es nuestra libertad y nuestro deseo. Una justicia patriarcal que determina que una violación múltiple, planificada, grabada y pavoneada, no es una violación. Una justicia patriarcal que viola el propio ordenamiento jurídico español en el que se integra el Convenio de Estambul.

Nos dirigimos a las instituciones europeas ante la incapacidad del gobierno de Mariano Rajoy de escuchar a su propio pueblo? un gobierno que solo reacciona cuando es instado desde más allá de sus fronteras a ajustar la definición legal de violación recogida en dicho Convenio, que determina como delito de violación el sexo sin consentimiento.

El 8M ha sido el gran punto de inflexión para las mujeres y para el conjunto de la sociedad. El patriarcado no acaba de entender que no hay vuelta atrás, que progresamos a favor de nuestros derechos y en detrimento de sus privilegios. Que avanzamos juntas para que no se repitan sentencias delirantes. Nos acompañamos, nos defendemos y nos cuidamos. Porque cuando no hay consentimiento explícito, hay una violación. Porque cuando decimos no es no, y cuando no decimos sí, también es no.

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