Respirando desde la corrección con tintes alocados y bebiendo de éxitos pasados, SEGA nos trae este título deportivo que busca divertir al jugón a base de raquetazos. Un motor gráfico superior para una historia que ya nos es conocida. La de un arcade puro y duro que puede hacer las delicias de los peques de la casa, pero que a los usuarios curtiditos les servirá poco más que para una partida con los colegas muy de vez en cuando y echarse unas risas esporádicas.

Lo que han hecho con este título es reunir a personajes míticos de la factoría de SEGA y darles una raqueta. Así de simple. Cada uno con sus habilidades, propias de los juegos que les hicieron famosos. No quedará ahí esa continua evocación a otros títulos. También los escenarios, los minijuegos y las músicas nos trasladarán a juegos que ya hemos conocido, pero sin raquetas de por medio.

Son unos 16 los personajes que podremos controlar, desde el archiconocido Sonic hasta el veterano Alex Kidd, todos con sus particularidades. Al principio tendremos ocho disponibles, y dependerá de nuestra evolución que tengamos a nuestro alcance la posibilidad de poder controlar al resto. Cada personaje tiene su propio estado «superstar» distinto, que le permite correr más rápido, golpear más fuerte la pelota o invocar el poder de los cielos. Sin embargo, a base de partidas puede hacerse algo repetitivo.

Se trata de un título desenfadado y divertido, que nos mete en la historia viva de los personajes de SEGA. Repleto de colores vivos y variados, parece como si todos los protagonistas de la historia se hubiesen metido de lleno en una especie de fiesta jugona y deportiva. Si os gustan este tipo de productos, sin más pretensiones, la elección no es mala.