Gijón, Elías GALLEGO

Después de una mañana en la que el cielo encapotado impidió a los menos intrépidos pasar un día de relax en las playas de la ciudad, muchos gijoneses y turistas paseaban por el Muro buscando una distracción dominical compatible con las nubes y la correspondiente amenaza de lluvia. Pronto el inconfundible sonido de gaita se oyó a lo lejos desde el puente del Piles. Eran las bandas que se disponían a realizar el II Desfile del Arco Atlántico correspondiente al X Festival de Bandas de Gaitas «Villa de Xixón», enmarcado dentro del Festival Xixón 5º40', que ayer concluyó.

Poco a poco la gente comenzó a ocupar los bordillos y las barandillas de San Lorenzo para presenciar la procesión de sonidos celtas. «Cómo presta escuchar el sonido de la gaita en días como éstos», decía una señora mientras escuchaba los primeros acordes.

Presidiendo el desfile, que comenzó hacia las cinco de la tarde, dos hombres portaban una bandera de Gijón y otra de Asturias. Tras ellos la Banda de Gaitas «Villa de Xixón» era la primera en deleitar a los espectadores. Entre todos los participantes, los que más llamaron la atención del público fueron los miembros de la Banda «Torpichen & Bathgate Pipe Band». Estos escoceses, ataviados con faldas de cuadros, camisa azul, corbata y chaleco, desfilaban a ritmo de gaita y tambor como si del propio Ejército escocés se tratase. Además, la enorme corpulencia de todos los gaiteros, que rondaban el 1,90 de estatura, les hacía pasar aún menos desapercibidos. «Madre, qué gigantones», exclamó una mujer al verles.

La otra banda que aportó un toque de internacionalidad al desfile fue la «Bagad Eostiged ar Mene», proveniente de Plomodiern, una pequeña ciudad de la bretaña francesa. Separados por unas decenas de metros, los diferentes grupos ofrecían sus melodías de viento a un público que agradecía el esfuerzo con gritos de ánimo y aplausos.

Las otros grupos que participaron en el desfile fueron la Banda de Gaitas «Entrimo & os Trasnos», de Galicia; la Banda de Gaitas infantil «La Magüeta» y la Banda de Gaitas «Entienza». Todas recorrieron la bahía de San Lorenzo para terminar su travesía en la iglesia de San Pedro, justo cuando los primeros rayos de sol del día aparecían entre las nubes. Junto a la popular iglesia se encontraba instalado un mercado tradicional asturiano.

Gijón, Ángel CABRANES

José Remis Ovalle sigue vivo en la memoria de los gaiteros. El que fuera uno de los intérpretes asturianos pioneros en difundir el folclore regional por todo el mundo recibió ayer un merecido homenaje en la plaza Mayor, con motivo del centenario de su nacimiento. Fue a través de un multitudinario concierto que, bajo el título «Ya suena la gaita», aunó sobre el escenario actuaciones de tonada, gaita, tambor y sonidos orquestales. Un espectáculo al que se sumó María Rosa Quero, «La Pastorina», nuera del artista y voz de muchos de los temas de la extensa discografía protagonizada por Remis Ovalle. El mejor broche final para el Festival Xixón 5º 40´ tuvo inconfundible sello asturiano. La plaza Mayor recordó 13 piezas clásicas de Remis Ovalle, entre los que se encontraban títulos como «El pícaro molineru», «Soy pastorina nel monte», «Límpiate con mi pañuelo», «Asturianos emigrantes» o «Voi pa Llanes». Músicas que estuvieron acompañadas de las cantantes de tonada Mapi Quintana y Marisa Valle Roso. «Empecé a escuchar estas canciones siendo muy niña y me llamaba la atención que todas ellas estuvieran interpretadas por Remis Ovalle. Ha sido uno de los grandes de los que todos tenemos que aprender», reconocía Marisa Valle Roso, poco antes del inicio de la actuación. A pocos metros tenía a La Pastorina, a la que sólo mencionarla ya le imponía respeto. «Ye muy difícil conseguir en la música asturiana lo que hicieron. Ella es otra de las figuras que se merece que le rindan un especial homenaje», aseguró la joven.

Una vez iniciado el concierto, al sonido de la Banda de Gaitas «Noega» se unió el de la orquesta dirigida por Xaime Arias y los gaiteros solistas Andrea Joglar, Ángel Domingo, Llorián García, Alejandro Fernández, Pablo Carrera, Daniel González, Marco Guardado, Jorge Carbajal y Berto Varillas. Fue una de las escasas oportunidades de disfrutar de una manera singular de canciones típicamente asturianas que triunfaron en los años 70 del pasado siglo y que continúan con un fuerte arraigo.

Cantantes de tonada y músicos declararon su admiración por el gaitero y por su compañera, la emblemática Pastorina