Lorient (Francia),

Ana B. CUERVO

Asturias pisó fuerte en la ciudad bretona de Lorient. La representación del Principado que cada año viaja a Lorient es una de las más queridas por cuantos se acercan a disfrutar del mejor encuentro de música celta del mundo. La música asturiana sobresale en el recuerdo que ha dejado la 43.ª edición del Festival Intercéltico de Lorient. La Banda de Gaitas de Villaviciosa, la de Candás y el grupo de baile candasín «San Félix» encarnaron la delegación asturiana. Sus pasacalles y actuaciones en los espacios habilitados por la organización tuvieron gran afluencia de público y casi noventa mil personas vieron a los representantes asturianos en el «Desfile de las Naciones Celtas».

El Festival Intercéltico de Lorient es el mejor escaparate para los grupos de música folk. En esta ciudad bretona se ofrece cada verano una amplia representación de música folk de numerosos países. Desde a Estados Unidos, a Canadá, pasando por Escocia o Irlanda. Y, por supuesto, la gaita asturiana está muy presente. Como señalaba el gaitero asturiano José Manuel Tejedor, «el escenario del Festival Intercéltico de Lorient emociona, todos los que queremos triunfar con la música celta, tenemos que triunfar antes aquí».

La ciudad bretona reunió este año a algunos de los mejores grupos de música tradicional. Los cubanos «Buenavista Social Club», al son de los ritmos más populares de La Habana, colgaron el cartel «no hay entradas» durante su recital en la ciudad bretona después de haber llenado en Madrid el teatro Circo Price. «Afro Celt Sound System», que está considerado como uno de los grandes grupos mundiales de la música folk en el mundo, mezcla la música electrónica con los sonidos tradicionales de África, también estuvieron presentes en el escenario de Lorient. Con sus coreografías africanas, hicieron saltar al público.

Las carpas de cada delegación, que acogieron a numerosos visitantes, se convirtieron en improvisadas embajadas de sus regiones respectivas. Allí se pudo comer, beber y bailar según las costumbres del lugar de origen. A lo largo de los diez días que duró el festival, la carpa asturiana siempre estuvo llena. «Es el lugar indicado para distraerte y pasarlo bien», afirmaba Guillermo Pérez, uno de los encargados del pabellón del Principado.

Los grupos celtas que estuvieron presentes en la ciudad bretona ya han guardado sus instrumentos en la maleta a la espera de que comience un nuevo Festival. Los motores para preparar la siguiente cita en Lorient ya están en marcha. A partir del mes de octubre se repartirán más de ochenta mil pegatinas por toda Francia para anunciar que el próximo verano Asturias protagonizará el festival. Por lo pronto, a partir de diciembre, se podrá ver en el Centro Cultural Oscar Niemeyer, en Avilés, una exposición sobre los cuarenta años del certamen celta en la ciudad bretona y las reuniones de delegados para coordinar el certamen tendrán lugar en Asturias.