«Ellos aportan más que nosotros», señaló emocionada Conchita Medio. Han pasado ya nueve años desde que esta mujer, natural de Infiesto, decidió participar en el proyecto «Vacaciones en paz», impulsado por la Asociación Asturiana de Amigos del Pueblo Saharaui, un proyecto que «engancha» y que cambió su vida para siempre. Desde entonces, «no hay verano sin ellos». Como otros muchos asturianos, Conchita acudió ayer a la esperada cita en el Museo del Jurásico de Colunga (Muja), donde los 250 niños saharauis, que llegaron a Asturias el pasado 5 de julio, disfrutaron de un caluroso acto oficial de bienvenida, en compañía de sus familias de acogida.

Umailinminin y Abdelhai están «muy contentos en España» junto a Conchita. Él se hizo una fisura en un brazo el año pasado y finalmente se quedó todo el año en Infiesto. Le encanta el mar y le sorprende que «llegue a todas partes». «Hay quien se empeña en comprarles cosas, pero lo que estos niños necesitan no se ve», apunta Conchita Medio. La crisis amenaza a este tipo de proyectos, pero el Principado de Asturias ha hecho un esfuerzo y ha aumentado este año su aportación. «Más crisis, más solidaridad», asevera Félix Flórez, representante de la asociación. La estancia de los acogidos se prolongará hasta los días 5 y 6 de septiembre, cuando está previsto su retorno en dos tandas. Todos ellos proceden de los campamentos de refugiados de Tinduf, en Argelia.