El blanco y pulcro Centro Niemeyer de Avilés se tiñó ayer de todo un arco iris de colores con motivo de la "Holi Party". La que se conoce como "fiesta de los colores y del amor" en la tradición hindú congregó a miles de personas de todas las edades en la plaza del centro cultural, desde las cinco de la tarde hasta entrada la madrugada. Fue una gran celebración en la que los colores, la música y la diversión fueron los auténticos protagonistas.

"Es un festival increíble, no me esperaba tanta gente ni, menos aún, que viniesen de fuera", aseguraba Jorge Sánchez. La mayoría de los asistentes desbordaban entusiasmo: "Nunca había visto nada parecido en Avilés", declaró Marina González. Lo mismo opina la joven gijonesa Laura Cuesta, de 13 años, que define el festival como "original, divertido, animado, y con un gran ambiente". Y rogó que la experiencia pueda repetirse algún día en su ciudad.

Una de las claves del éxito del festival fue, sin duda, que el acceso fuese gratuito, tal como reconoció Oscar García-Ovies, que acudió a la "Holi Party" en un autobús organizado desde Luanco: "Mucha gente que conozco no habría venido si el acceso no hubiera sido libre; pero al poder entrar todo el mundo hay un ambiente espectacular". García-Ovies y su pandilla no dudaron en organizar el viaje para disfrutar de forma segura de la fiesta.

La plaza del Niemeyer fue llenándose desde las cinco de la tarde, mientras sonaba la música que proporcionaba "El chico biónico". Los asistentes fueron animándose a medida que pasaban las horas, y podían adquirir comida y bebida en las barras habilitadas para la ocasión. Pero sin duda la estrella fueron los polvos de colores que podían adquirirse a un precio de dos euros la bolsa. En numerosas ocasiones, desde el escenario, se animaba con una cuenta atrás para que los asistentes lanzaran al aire el contenido de sus bolsas convirtiendo la atmósfera en una explosión de color.

"Es una fiesta innovadora y muy divertida", exclamó Ignacio López, mientras que la joven Carla de Rábano, de 14 años, llegó a comparar la "Holi Party" con el festival de música electrónica más famoso del mundo: "Han traído Tomorrowland a Avilés".

Karen González y Carmen Granda se mostraron entusiasmadas con la explosión de colores y la música electrónica: "Hemos hecho la conga y estamos pasándolo genial, aunque esperamos que por la noche sea aún más impresionante".

Desde Llanera llegó Sara González Arias, que aseguraba: "Nada más entrar te llenas de color, es impresionante", aunque por otro lado no estaba de acuerdo con la prohibición de introducir bebidas de fuera, razón por la que muchos de los jóvenes asistentes hicieron botellón en el exterior del recinto.

Adolescentes, treintañeros, padres con sus hijos, abuelos con sus nietos... Fue una cita familiar con muchas ganas de fiesta. Nadie quiso perderse la ocasión de poner un poco de color a su tarde y, de paso, también a su ropa: azul, verde, rosa, amarillo, naranja... y un sinfín de tonalidades más tiñeron ayer a todo el que se adentraba en la plaza del Centro Niemeyer.

Las actuaciones de "Naive New Beaters", "Dorian", "Nasty Mondays" y el Dj Hugo Le-Loup, entre otros, pusieron la nota musical a una fiesta internacional que ya ha pasado por ciudades como Berlín, Múnich, Londres, Buenos Aires y que ayer recaló en Avilés.

A última hora de ayer, fuentes de la Cruz Roja informaron que el festival estaba transcurriendo con total normalidad. Únicamente algunas personas tuvieron que ser atendidas al entrarles polvo en los ojos. Más precavidos fueron numerosos asistentes que acudieron al evento provistos de gafas de natación y de buceo para evitar estas molestias. Eso sí, todos tuvieron que pasar por la ducha una vez en casa.