Cada pared está adornada con un pedazo de la historia del Sporting, desde los pasillos que conducen al terreno de juego hasta la cafetería del palco presidencial. Con la llegada del verano, El Molinón Tour se presenta como uno de los atractivos turísticos más destacados de la ciudad. El recorrido por las entrañas del centenario estadio gijonés comienza con la visita a la sala de prensa, donde se proyecta un vídeo que mezcla la historia del equipo de Gijón con la evolución del campo y en el que comienza con Joaquín hablando en calidad de jugador que más veces se ha puesto la camiseta rojiblanca en la historia de la entidad.
Cuando finaliza, la gente acostumbra a hacerse fotos desde los asientos en los que los entrenadores contestan a las preguntas al acabar los partidos. Es el caso de dos jóvenes aficionados que ayer hicieron la visita guiada: Quique y Álex. El primero luce la camiseta amarilla de esta temporada, mientras que el segundo la clásica rojiblanca sportinguista. En la zona mixta por la que pasan los jugadores hay unas representaciones de cartón a tamaño real de Iván Cuéllar y Nacho Cases con las que los dos niños aprovechan para fotografiarse.
Ana Tejada, guía durante la visita, nos explica la singularidad de la zona de prensa del Sporting, porque la sala de prensa tiene una cristalera que permite a los periodistas que están en zona mixta seguir con atención las respuestas de los entrenadores. "Es una medida enfocada a la prensa desplazada por los equipos visitantes, que muchas veces traen a solo un periodista" apunta Ana. También dice que por una normativa de la LFP, todos los equipos tienen que sacar a dos jugadores -como mínimo- a responder a zona mixta y que en ocasiones son los jefes de prensa los que eligen quién debe comparecer ante los medios.
Después viene el paso por la zona de vestuarios. El suelo del primero, de árbitros, está algo empolvado por las obras de remodelación que se están llevando a cabo este verano en el estadio. Dentro, un lema del exárbitro internacional Pierluigi Collina que reza: "el fútbol no es un deporte perfecto. No podemos pretender que el árbitro lo sea". Tejada aprovecha para recordar el respeto institucional desde el Sporting al estamento arbitral y comenta que el vestuario arbitral de El Molinón tiene dos salas, enfocado a los equipos arbitrales mixtos que cada vez son más frecuentes en categorías inferiores.
Posteriormente la guía enseña el vestuario local, donde se cambian los jugadores del "Pitu" Abelardo. Todavía siguen las fotos en las taquillas de los jugadores que ya no están como Bernardo y Luis Hernández, alguno como Alberto -también exjugador del equipo ya- tiene dos fotos. Tejada aclara que es porque "Halilovic arrancó su foto de este año tras lograr la permanencia. Y como Alberto el año pasado era el 25, su foto estaba por debajo". El pequeño Quique se sienta en el hueco de Carmona y Álex lo hace en el de Jony para presenciar un vídeo que muestra la labor del utillero Jorge Luis García en día de partido tras el cual toca el momento de salir a pisar el césped. O al menos la moqueta de césped artificial que hay en el área técnica.
En los laterales que dan acceso al verde, por uno de los lados hay un mural con alguno de los jugadores que más compromiso han demostrado defendiendo la zamarra sportinguista. Su último nombre es Rafa Sastre. Enfrente, una lista de entrenadores que marcaron una época donde el último lugar lo ocupa el malogrado Manolo Preciado. Justo al lado, también hay un espacio dedicado a alguno de los goleadores más ilustres del club: Luis Enrique, Salinas o Villa, entre otros. Enfilando el túnel de vestuarios hay dos frases que leen los jugadores antes de salir a jugar los partidos: "Bienvenidos al Molinón" emulando el clásico "This is Anfield" del estadio del Liverpool y "Batalla sin cesar" que, además de ser una frase del himno que retumba en el campo antes de los partidos del Sporting, resume a la perfección la filosofía de esta generación de "guajes" que han devuelto a Gijón a Primera bajo la batuta del "Pitu" Abelardo. Justo antes de la bocana de vestuarios hay una placa en homenaje a Alejo Caso, que falleció en 2014 tras 34 años dedicados al mantenimiento del campo, y La Virgen de Covadonga. Ana informa de que no se puede pisar el terreno de juego por cuestiones de protocolo y cuando ve a Quique hacerse fotos en el banquillo local le dice que algún día jugará en este campo, a lo que el pequeño responde: "sí, claro" en tono jocoso. No parece muy convencido de sus posibilidades.
Las dos últimas partes del recorrido son el palco y el museo del club. El primero está en la segunda planta del campo y se accede a él a través de una antesala con cafetería, también engalanada con una lista de los presidentes del Sporting. Y el museo, recoge toda la historia del Sporting de Gijón y de El Molinón con un cronograma resaltando los momentos más importantes tanto del club como del campo. Cada rincón del museo cuenta una efeméride sportinguista, desde el último chándal que vestía Manolo Preciado como entrenador gijonés, un mapa de Europa en el que están colocados los escudos de los rivales a los que se ha enfrentado el Sporting en competición europea o un homenaje a la Mareona, con tres de los desplazamientos más masivos que ha tenido en los últimos años: Castellón en 2007 y Valladolid y Coruña en 2009. El padre de Quique susurra que él estuvo en los tres. A la salida, comenta que lleva 26 años como socio y que es la primera vez que hace el recorrido. Y confiesa que para él "vale mucho la pena. Sobre todo si eres socio, que te sale más barato". El horario de El Molinón Tour en verano es de 10:30 a 14:30 por la mañana y de 15:30 a 19:00 por la tarde. La entrada para socios asciende a 5,50 euros. Un precio que muchos estarían dispuestos a asumir por visitar un templo viviente. El Molinón también lo es.
