La última jornada del Salinas Longboard Festival fue, sin duda, la más intensa y emotiva, con el homenaje a Mariano García Gil como acto más destacado de la cita. Gil era un habitual del certamen castrillonense y falleció hace ahora un año tras disfrutar de la fiesta salinense de la que era "un habitual". Para honrar su memoria, los "longboarders" se adentraron en el agua de Salinas, donde realizaron un rito hawaiano. "Era un amante de la montaña y, tras estar aquí el año pasado, se fue a Los Alpes a escalar. Allí tuvo la mala suerte de que un trozo de hielo se lo llevó por delante", recordó Pepe Hevia, organizador del campeonato, sobre el homenajeado. "Aunque no teníamos trato personal, sí lo conocía de vista. De cruzarnos por aquí. Por ello me sumaré al acto", aseguró Javier Merino Verdejo, natural de Salinas, pero residente en Santander.

Tras la ceremonia, los asistentes se realizaron la ya tradicional foto de familia, que será la decimoquinta del álbum del festival. A primera hora de la mañana se disputó la competición Longboard Pro. Al mediodía se realizó un clínic y test de tablas de longskate de 50 y 70 pulgadas y se desarrollaron talleres infantiles. A las 13.00 horas hubo una sesión de surf adaptado y, a las 19.00, se realizó la entrega de premios como clausura, hasta el año que viene, del certamen más destacado del Cantábrico para "tabloneros".