Con una majestuosidad que atrapa, el monasterio de Santa María de Villanueva de Oscos se alza imponente en el corazón de la localidad. Esta joya arquitectónica fundada en el siglo XII fue, durante siglos, el motor económico y social de toda una comarca. Del edificio se conservan hoy sus ruinas, unos altos muros de piedra que ayer acogieron todo un elenco de conciertos y actividades culturales. El monasterio revivió, en parte, sus años dorados gracias a la "Festa dos frailes", una iniciativa vecinal que atrajo hasta este bien de interés cultural a centenares de visitantes. En su segunda edición, la cita parece consolidarse, y piensa en seguir colaborando para recuperar, poco a poco, el edificio monástico.

El claustro, la sala capitular, el comedor o la bodega albergaron durante toda la jornada actuaciones musicales, recitales de poesía, talleres y gymkhanas infantiles. La asociación "Orden de Vilanova" trabajó durante meses para mimar cada detalle, dar forma a un completo espectáculo y agradar a todos y cada uno de los que durante este sábado de agosto se dejaron caer por este punto singular de los Oscos.

La belleza del edificio también hizo su parte: "Poder disponer de esta forma abierta el monasterio supone ganar un activo más, quizás el más importante", explica Gustavo Sánchez, uno de los responsables del colectivo organizador. Señala que el evento ha salido adelante "con la implicación de un grupo de personas con inquietudes culturales, y el apoyo de los vecinos y el Ayuntamiento". Desde el colectivo propugnan el disfrute público del monasterio, permitiendo que se de cabida a actividades de todo tipo. "Ojalá en un futuro pueda seguir sirviendo para el disfrute de la cultura por parte del pueblo", desea Sánchez.

"Es una suerte poder tener esto aquí y tocar entre muros llenos de historia", apunta el carismático gaitero Manuel Enrique Fernández, popularmente conocido como Nela de Bres. "La verdad es que es una obra fantástica. Lo peor es que la tenemos sin techo, pero hoy tuvimos suerte y hace sol, y no pasa nada. Si no, nos jorobaba", añade, con su habitual sentido del humor. Ya un poco más serio, remata señalando que la acústica, para la música de gaita, "es excelente, no genera ningún eco".

El programa, además de contar con música tradicional de gaita, incluyó actuaciones de lo más diverso. Los grupos musicales "Karma Dharma & Did Hang", el "Dúo Piazzola", "The Strangers", "Jorge Casal", "Batuko Tabanca", "Celticastur" y "La Band Ería" tuvieron oportunidad de actuar en el monasterio de la orden cisterciense. También hubo teatro, a cargo de la compañía "Lila".

"Es una iniciativa perfecta porque supone un estímulo para intentar restaurar el edificio", considera Pedro Luis López, que llegó desde el Bierzo junto con su hijo Óscar Luis, ataviados ambos con hábitos de monjes templarios, con influencia en la comarca leonesa. Su indumentaria tiene explicación: "El monasterio de Villanueva tiene mucha relación con un monasterio del Bierzo, de una población que se llama Monasterio de Carracedo. Los monjes fluían de un lado para otro, para intercomunicarse y relacionarse", apunta López, que cree que "lo ideal sería que ambas localidades se pudiesen hermanar, para hacer confluir tradiciones y costumbres".

Otro de los que no se quiso perder la "Festa dos frailes" fue el alcalde de Villanueva de Oscos, José Antonio González Braña, que destaca el compromiso y la ilusión que el pueblo ha depositado en este tipo de iniciativas y en el propio monasterio. "La gente colabora mucho, y para nosotros es impresionante poder tener una fiesta como esta. Es una gran oportunidad para dar a conocer el edificio, que es una auténtica joya, y que estamos intentado recuperar", subraya.