Ya pueden ir calentando gijoneses y forasteros, porque hoy les queda una noche de fuegos de dimensión olímpica. El deporte centrará el espectáculo, que un año más correrá a cargo de la empresa Pirotecnia Pablo, de Cangas del Narcea. Para ello, ya han descargado en Gijón más de mil kilos de pólvora.

El resto de datos también dejan meridianamente clara la envergadura del espectáculo. En el cerro de Santa Catalina hay dispuestas más de 10.000 unidades de lanzamiento y a lo largo de los 25-30 minutos que durará el espectáculo se ejecutarán 1.160 órdenes de disparo. Los elementos pirotécnicos que más se elevarán explotarán a 240 metros de altura y nueve empleados se encargarán de supervisar y ejecutar los fuegos artificiales desde lo alto de Cimavilla. El espectáculo se manejará desde tres dispositivos, dos de ellos absolutamente digitalizados y uno manual, "para poder jugar un poco con los momentos y con como vaya el público, el aire y otros elementos", según explicó ayer José Manuel Fernández, gerente y diseñador de Pirotecnia Pablo.

"Es un espectáculo dedicado al deporte, que este año está de moda en Gijón (Ciudad Europea del Deporte). Empezaremos con los colores de la ciudad y pasaremos a una sección un poquito olímpica. Tendremos los colores del Mavi (equipo de balonmano) y del Hostelcur (equipo de hockey). Y, después, el espectáculo constará de las fases habituales y algunas otras un poco diferentes, que hemos estructurado de otra forma luchando contra ese enemigo que se llama humo. Esperamos sorprender a todos", explicó Fernández.