José Manuel Fernández reconocía estar "más nervioso de la cuenta" justo antes de subirse al altillo para pregonar la romería de La Regalina. No era por falta de experiencia, algo que le sobra, tras décadas como pregonero. Es que estaba a punto de pasar algo histórico: ayer, por primera vez, la faliecha valdesana compartió protagonismo con el pixueto, la forma de hablar tradicional del vecino concejo de Cudillero.

En el campo de La Garita se hermanaron ambas tradiciones, la de La Regalina, y la de l'Amuravela, encarnada en Cesáreo Marqués, en un diálogo que cerró el tradicional pregón. Los centenares de personas que abarrotaron el entorno de la ermita de la Virgen de Regla aplaudieron tras la intervención de ambos protagonistas, con lo que parece que esta colaboración entre vecinos gustó.

Fernández dio la bienvenida a Marqués: "Gracias pur compartir el trabayu d'emburriar pur lu asturianu, you cu'l Pregón en Cadaveu ya tu, L'Amuravela'n Cuideiru". Y el pixueto replicó: "Quiaru en Cadaveu filicitar a la Riegala, que guai in ista Garita cilibramos la sou fiasta, que ya fai abondus añus el Padri Galu enventara".

Pues ni más ni menos que 86 años cumplió ayer La Regalina, que se erige en el calendario como la romería asturiana por naturaleza. Tanto es así que hasta el tiempo quiso lucir esta condición: de orbayu a nubes, y luego a un tímido sol antes de volver a nublarse.

José Manuel Fernández repasó, tirando de ironía, la actualidad. Habló de los atentados de Barcelona, pidiendo a la Virgen por las inocentes víctimas, y de la elección de Trump como presidente de los Estados Unidos: "Un emprasariu con cuartos que ya un poucu prepotente". También hubo menciones a la corrupción; y para la situación política del país, con Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en buena sintonía: "Nun sei si taran tramandu mandar a Raxoi pa casa ya que s'apunte nel paru". Hubo referencias al próximo derbi asturiano en Segunda División, y también a la situación de Cadavedo, para el que pidió más limpieza y cuidados.

Tal y como el Padre Galo concibió, hubo cientos de personas vestidas con el traje tradicional, carros del país tirados por bueyes, y alfiladas, el bollo que endulza esta fiesta. Un desfile recorrió las calles de Cadavedo para desembocar en La Garita, donde tuvieron lugar el pregón, la danza prima, la procesión, el baile del corri-corri, la misa, la romería, y los bailes y danzas tradicionales.