Hasta seis pueblos desaparecieron bajo las aguas al construir el embalse del río Porma, en la comarca leonesa de la Montaña Oriental, cuyo núcleo de referencia es Boñar. También hubo dos que fueron expropiados y desaparecieron como tal, Camposillo y Utrero. De éste último aún queda en pie un buen número de casas abandonadas, a orillas del pantano, entre las que se puede pasear y tratar de imaginar cómo era la vida en esta bella zona del noreste de la provincia de León antes de que se construyera el que es el segundo embalse más grande de la provincia.

Fantasmal, más ahora en invierno, cuando es muy posible visitarlo completamente nevado, Utrero es destino de muchos visitantes que eligen esta comarca para pasear y disfrutar del paisaje. Una opción para llegar hasta aquí desde Asturias es cruzar por el puerto de San Isidro, si la nieve lo permite, y hacer una primera parada en el pequeño y acogedor núcleo de Puebla de Lillo. El pueblo es quizás una de las menos conocidas puertas de entrada al Parque de los Picos de Europa por la parte occidental.

En el viejo torreón medieval, completamente restaurado, se puede visitar un centro de interpretación del valle del Porma, con toda la información necesaria sobre rutas, alojamientos y restaurantes que hay por la zona. Desde Lillo la siguiente parada puede ser ya el embalse, al que se llega por la carretera LE-331, junto a la cual hay un mirador con un área recreativa y un amplio aparcamiento. Desde este punto se obtienen unas magníficas vistas al pantano y a las montañas que lo rodean, y, si el día está despejado, se puede contemplar enfrente el citado pueblo abandonado Utrero. El pantano fue construido en la década de los sesenta por el escritor Juan Benet, ingeniero de profesión (trabajó en alguna obra en Asturias, como la carretera entre Lugo de Llanera y Villabona). De hecho, la presa que se ubica cerca del mirador lleva el nombre del escritor.

Para completar la escapada leonesa, una última parada, antes de emprender la vuelta a Asturias, puede ser Boñar, muy frecuentado por los asturianos y donde hacer algunas compras, comer o tomar un tentempié. Boñar tiene una bonita iglesia del siglo XVII con un reloj que, cuentan, cuida el mismo relojero que se encarga del mantenimiento del de la Puerta del Sol.