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La alegría de la huerta

La berza, todo el año y muy agradecida

La verdura crece muy bien y fuerte en cualquier rincón de Asturias: ahora con el frío está de plena temporada

La berza, todo el año y muy agradecida

Crecen en cualquier rincón de la huerta, del jardín o incluso en un tiesto o trozo de tierra que quede por ahí apartado. No necesitan grandes atenciones o mimos. Incluso si se les daña, rápidamente se reponen. Son las berzas, las reinas de la huerta en Asturias, pese a quien le pese y con permiso de cebollas, repollos o lechugas, que también se dan muy bien por toda la región, donde hay pocas casas que en sus alrededores no tengan alguna planta.

Ésta herbácea está ahora de plena temporada. Lo que le gusta es el frío, tanto para crecer en la huerta como para acabar en las ollas, pues el pote de berzas es un plato fijo en cualquier casa de octubre hasta bien entrada la primavera, al menos, una vez a la semana, por no hablar en los populares menús del día de los restaurantes. Para ser tan demandada -y cada vez más- no se conocen grandes plantaciones de berzas en Asturias. Todo lo contrario. Los particulares suelen plantar entre media y una docena al año (se suele arrancar cuando ya ha crecido demasiado, espiga y salen las flores amarillas) para su consumo. Los cocineros tienen sus propios suministradores, casi siempre pequeños productores o particulares, o incluso las cultivan en sus huertos si pueden. De ahí su presencia creciente en fruterías a la venta o en los puestos al aire libre de los mercados semanales. El manojo ronda el euro, que no es poco para lo fácil que es un cultivo al que nadie hasta ahora ha visto rendimiento económico como para profesionalizarlo. Pero todo se andará...

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