Llega esta noche Albert Pla al teatro Filarmónica de Oviedo y con él un nuevo escándalo arrastrándose por los medios. Dice que no le gustaría que fuera así. Que a él, que se acostumbró a cantar bajito para que la gente guardara silencio, le interesa que le conozcan por sus espectáculos, sus canciones, "Bona nit", "La colilla", "Antonia Font", "Carta al rey Melchor", pero no por sus declaraciones en los medios.

Lo dice pero lo vuelve a hacer. Tiene dentro metida Albert Pla esta rara esquizofrenia de alfeñique metido a bufón y lobo feroz come curas, come reyes, come cocos que por un lado presenta a un juglar tierno, un entretenido en historias marcianas compuestas desde la canción de autor punk sincera y por otro le hace descolgarse con el asco por España y la palabra gorda.

La polémica esta vez vino porque la empresa que organizaba el concierto pidió el Filarmónica al Ayuntamiento y el PP y Ciudadanos votaron en contra de que pudiesen alquilar el teatro. Albert Pla contestó con una carta pública dirigida al líder nacional de Ciudadanos, Albert Rivera en la que deslizaba perlas del tipo: "Te llamas Albert, como yo. Eres catalán, como yo. Te gusta ir aseado, como yo. Y cada vez que abres la boca, dices una mentira o una tontería, como yo".

Pero lo de esta noche no tiene nada que ver con el personaje que escribe cartas públicas a los políticos, salvo por el humor, credo irrenunciable de este ácrata de Sabadell. Lo que hace Albert Pla cuando canta es refugiarse en un imaginario loco, pequeño y cargado de poética cambiada. Y aprovechar todas las posibilidades que le da un escenario.

Porque hace ya también mucho tiempo que Albert Pla dejó de ser un cantante para ser el Albert Pla que hacía el papel de cura en "Airbag" o el hombre con un pie en el teatro, premiado y admirado en espectáculos como "Canciones de amor y droga", junto a Judit Farrés. Y no le gusta que le llamen actor ni cantante. Considerarse un aficionado, un intruso, es parte del éxito de su puesta en escena, de la capacidad para mantener la tensión escénica.

Por eso los conciertos de Albert Pla no son sólo conciertos. Espectáculos donde busca siempre la alianza de otros artistas y convierte su repertorio en un juego escénico, irrepetible.

Lo ha estado haciendo en los últimos años con "Guerra", un musical interactivo en 3D junto a Fermin Muguruza y Raül Refree. También sus "Somiatruites", al lado del inmenso Pascal Comelade.

Esta vez, esta noche, Albert Pla tampoco vendrá solo. Le acompaña la guitarra gitana de Diego Cortés, "el increíble Hulk del flamenco", dice en la nota de prensa de su agencia. A su lado, Albert Pla dice que siente la libertad para teatralizar sus canciones de otra forma, para llevarlas por el territorio que quiera, sabedor de que la guitarra de Cortés le va a seguir por donde se meta. "Con su presencia, tiene las manos libres y el cuerpo desatado". Ese es el otro slogan.

Así, desatado, saltimbanqui, dejándose llevar por sus historias delirantes de amor imposible, a veces tierno, ácido sin poder evitarlo, es lo que se espera de su recital de hoy a las nueve de la noche en el teatro Filarmónica.

En el repertorio, se esperan canciones como "Sufre como yo", "Joaquin el Necio", "Carta al rey Melchor" o alguna de sus célebres versiones como ese descolgarse por Lou Reed en "El lado más bestia de la vida".