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Escapadas

La Terenosa, refugio Michelin

Magia culinaria a 1.300 metros de altitud en los Picos

El refugio de La Terenosa. FEMPA

Dormir cerca de las estrellas tras una buena cena, digna ésta de figurar en las recomendaciones de una guía gastronómica. No hace falta irse a destinos remotos ni rascarse mucho el bolsillo. Sólo estar dispuesto a darse una agradable caminata y a respetar el estricto código montañero. No es mucho pedir por disfrutar del espectacular paisaje de los Picos de Europa.

Todo el que mencione el refugio de La Terenosa escuchará tarde o temprano la misma referencia: se come de lujo. El guarda, Emilio Huerta, sonríe y calla cuando se le comenta su fama de buena mano en la cocina. "Se hace lo que se puede" viene a decir a sus clientes cuando se sientan expectantes a la mesa. Lo que podría ser un comentario de falsa modestia, en el caso del responsable del pequeño y coqueto albergue de la majada de La Terenosa -un grupo de cabañas a la derecha del camino que conduce al Urriellu desde el collado de Pandébano- es así. Huerta hace realmente lo que puede, y no es poco, en la cocina de la cabaña convertida en refugio desde 2010. A algunos le parecerá magia encontrarse, por ejemplo, sobre la mesa un delicioso arroz con verduras y unas pechugas de pollo al horno con su ensalada y crema de acompañamiento. De postre, puede que toque un homenaje a la tierra: queso cabrales.

Es eso, auténtica magia culinaria a 1.300 metros de altitud, porque el de La Terenosa es un refugio con muchas limitaciones -de agua corriente, de luz, de espacio, de suministros...- ante las que cualquier chef Michelin pondría el grito en el cielo. Tiene 20 plazas (no federados: 15 euros comidas, 5 desayuno y 15 pernoctar). Es necesario reservar. No hay baño. Desde Sotres, donde dejar el coche, una hora o poco más. Algo más duro y largo es el acceso desde Poncebos. No hay prisa. Los Picos aguardan.

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