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Rodrigo Cuevas: "No soy nada anglosajón: soy castizo, de lo nuestro"

"A mis conciertos van abuelas de 80 años con sus nietos", dice el cantante, que evoca a Tino Casal con "Embrujada" y "Pánico en el Edén"

Rodrigo Cuevas, con monopatín, ayer en Oviedo Miki López

Tararea Rodrigo Cuevas: "(...) Le decía a su mujer / hay qué culo más frío tienes / y es que daba en la pared / y es que daba en la pared (...) / Y arrancando patatas te he visto el culó / no he visto chimenea que eche más humó / que eche más humó / niña, que eche más humó / y arrancando patatas te he visto el culó (...)". Se trata, cuenta Rodrigo Cuevas, de una jota segoviana.

Canta la coplilla antes de que el artista y showman asturiano comience la charla con LA NUEVA ESPAÑA, charla que gira en torno a sus últimos acontecimientos: su experiencia reciente en Perú, sus próximos conciertos (uno de ellos en el Rialto de Madrid), el estreno de su web (www.rodrigocuevas.sexy) y, cómo no, su reciente producción, con versiones de "Embrujada" y "Pánico en el Edén", dos éxitos de referencia de Tino Casal. "En Perú tuve muy buena acogida. La primera media hora, como me pasaba aquí al principio, la gente se queda un poco así. Hasta que va entendiendo de qué va el rollo se va quedando descolocada. Compresible porque juego con muchas ambigüedades. No se sabe si es humor o no, o algo serio porque a veces hago canciones superdramáticas", relata Cuevas, que añade sobre su experiencia en Perú que le da mucha "importancia al valor del chico que me llevó a su sala, que se llama el Paradero Cultural, en Lima". Y desvela una sesión sorpresa: "Tuve una pequeña actuación improvisada en una fiesta en una casa a la que llegué de casualidad. Y ahí fue muy guay. Había gente de muchos sitios, era muy internacional".

Y en Perú se encontraba cuando publicó el single con las versiones de Tino Casal, al que recuerda: "De pequeño lo escuchaba mucho y ya plasmé mi idea sobre él en un artículo en el libro 'Oro Negro'. Fue un poco redescubrirlo. Luego vino el homenaje en Lata de Zinc de Oviedo, y luego en Gijón, en la sala Acapulco. A mí Tino Casal me pilló muy pequeño, yo nací en 1985. Lo escuchaba en el coche de mi padre un montón. Elegí 'Pánico en el Edén', que ya la preparé para ese homenaje, aunque la versión del disco no tiene nada que ver, y 'Embrujada', que me pareció un temazo meritorio de una versión".

Hay una colaboración con la que Rodrigo Cuevas está muy emocionado: "Se me ocurrió meter en 'Pánico en el Edén" a Mari Luz Cristóbal, que para mí es la voz, la voz más racial que existe. A Mari Luz la tengo en la cabeza siempre, me gustaría hacer discos y discos con ella todo el rato. Es una voz tan auténtica que es que cuando abre la boca parece que habla la tierra, las entrañas de la tierra salen por su boca. Es una pasada, te pone los pelos de punta", sentencia el autor del "Verdiciu" contemporáneo.

Hace una larga reflexión cuando se le pregunta por la estética que llevaba Tino Casal en su tiempo. "Complicado para su época y para ésta y para otra. Aún no llegó la época", argumenta. "Es más difícil ahora. Vamos al revés. Con el monopolio es difícil encontrar a alguien que se vista una ropa hecha por él mismo, incluso lo tenía más fácil porque la gente se hacía las cosas en casa. Con los que hablo de los ochenta me cuentan que se juntaban para hacerse su ropa". No tiene una identificación clara: "Yo no soy mitómano. Nunca tuve un póster de nadie en mi habitación. Cojo influencias y a veces no sé ni de dónde las cojo. Nunca fui rockero, siempre me gustó lo de aquí, lo castizo, soy muy poco anglosajón. Valoro su creatividad, pero nunca fui fan de los anglosajones. El trabajo que tenemos que hacer aquí es generar movimientos propios, desde la copla, la tonada, el cuplé o, a otro nivel, el flamenco. Porque no hay movimientos culturales propios", puntualiza.

También desvela cómo fue asimilando su carrera hasta ahora, también los etiquetados que le fueron adjudicando: "La verdad para mí todo fue una sorpresa; ahora ya asimilo, pero lo que más me mola es ver a la señora de 80 años con sus nietos de 8 y que todos se lo están pasando igual de bien. También ver modernos con punkies, con gente superpija, con folclóricos, hay una mezcolanza en los conciertos... son divertidísimos". Y sobre los etiquetados que le fueron adjudicando dice que le sorprendió y no le agradó el de "La abuela de la fabada con peineta" o algo así. "A mí me gusta agitador folclórico, que es lo más abierto", matiza.

Etiquetas al margen, Rodrigo Cuevas triunfa plenamente, además de darle una vuelta de tuerca a la escena. La próxima parada para coronar un triunfo nacional será Madrid, donde presenta su "Mundo por montera" con todo su arsenal musical y de montaje escénico.

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