Portugal se adelanta a nuestro país y aprueba una ley que permite la entrada de los perros a los restaurantes y otros establecimientos comerciales. Primero fue la reforma del Código Civil, en la que nuestros vecinos se adelantaron en la consideración de los animales como "seres dotados de sensibilidad" y ahora nos encontramos con la aprobación por el Parlamento portugués de la reforma de la ley que permite a los perros entrar en los restaurantes, siempre que se cumplan una serie de requisitos.

La norma entra en vigor en mayo y permite a los establecimientos que lo deseen acotar una zona o espacio donde esté aceptada la presencia de animales. Esto significa que será el propietario del establecimiento quien decidirá si admite animales o no, y podrá limitar el número de estos, que deberán ir provistos de correa corta y no podrán deambular libremente por el restaurante ni acercarse a lugares donde haya alimentos.

En nuestro país, dependiendo de la comunidad autónoma en la que nos encontremos, la entrada de animales en los establecimientos se permite o no, siendo mayoritarias las comunidades en que se prohíbe la entrada de animales a los establecimientos donde se sirven alimentos.

Debemos tener en cuenta que aquellas personas que acuden con su perro a un establecimiento lo hacen porque el animal está educado y va a mantener un comportamiento adecuado o, en caso contrario, van a corregir cualquier mala actitud.

Portugal nos vuelve a demostrar que va un paso por delante de nuestro país en protección de los animales, siguiendo la estela de otros países europeos donde no es raro acudir a un restaurante, subir en transporte público o realizar actividades cotidianas con nuestros animales.