Todo parece indicar que lo peor de la “gran pesadilla” que hemos sufrido en los últimos meses ha pasado ya. La vacunación avanza, el nivel de inmunidad cada vez es mayor, y el conjunto de los ciudadanos, creo, hemos tomado conciencia de que la forma más ventajosa para salir reforzados de este desafío es la unión de esfuerzos de todos: ciudadanos, administraciones, agentes económicos y sociales.
Por todo ello, creemos que es momento de reivindicar el papel que le toca cumplir en la cada vez más cerca “era poscovid” al comercio, la hostelería y resto de los servicios en nuestro futuro más cercano.
Los medios de comunicación son clave en la apasionante tarea de hacer una sociedad más libre y madura
Y ese papel no es otro, ni más menos, que seguir vertebrando, estructurando y llenando de color y vida las calles de nuestras ciudades, barrios y pueblos. Parece un mensaje antiguo, para algunos igual hasta pasado de moda, pero, creo, que sigue siendo un mensaje muy profundo, ético y estético, porque simplemente cerrando nuestros ojos: ¿nos podemos imaginar una ciudad sin ellos?
Sinceramente creo que ninguno somos capaces de imaginar la ciudad sin sus tiendas, terrazas, familias paseando y compartiendo el espacio común, y un largo etcétera que habla de seguridad, color, iluminación, limpieza, atención, servicio...
Sabemos que como sector tenemos retos pendientes, a los que la pandemia ha contribuido a acelerar los procesos de cambio. Uno muy importante es la transformación digital en la que ya estamos inmersos, pero que nadie olvide que esta transformación ha de ser complementaria del gran valor que tiene el comercio, que no es otro que una tienda física, un lugar de encuentro donde satisfacemos gran parte de nuestras necesidades de vida, y que va mucho más allá de la compra de un producto o servicio: genera bienestar, empatía, autoestima, socializamos e intercambiamos sensaciones, etc.
La digitalización nunca podrá sustituir los buenos días o el buen consejo de un comerciante o un hostelero. Lo podrá complementar, pero nunca sustituir, y más aún en una sociedad como la nuestra de hoy, con un alto porcentaje de envejecimiento poblacional.
Antes hablaba de unión de esfuerzos, y en esa tarea también es fundamental el papel de los medios de comunicación. Ellos son clave en la apasionante tarea de hacer una sociedad cada vez más libre y madura, y, por ello, son imprescindibles también para proyectar el papel que juega el comercio, hostelería y servicios en esta nueva época que encaramos y que, como todo cambio histórico, está sujeta a tensiones.
Pero si sabemos enfocar y proyectar, con la ayuda de esos medios, nuestro futuro y los retos que como sector y sociedad hemos de afrontar, estoy convencido que la transición al futuro será más fácil, tranquila y sosegada.
Pongamos una mirada de esperanza a los nuevos tiempos, llena de color, sin obviar los problemas y retos, claro, pero también sin miedo a los cambios. La pandemia nos dejó una gran enseñanza, que fue la unidad de la inmensa mayor parte de la ciudadanía, y por ello creo debemos seguir ese camino, sin dejarnos arrastrar por los mensajes catastrofistas, en blanco y negro, sin miedo a nuestra libertad ni a la del otro, porque a nadie le puede molestar la libertad de los demás, y para ello apelamos al papel de los medios de comunicación para perseguir esa mirada de esperanza que todos merecemos.
El comercio, la hostelería y los servicios que como organización representamos miran con esperanza responsable ese futuro que debemos encarar, y que, como siempre, seguiremos al servicio de la sociedad, de la que nos sentimos orgullosos de pertenecer.
