Asistíamos hace unas semanas a una preocupante sensación, bastante generalizada, de que ya estábamos abandonando la situación de pandemia, y advertíamos del peligro de confundir nuestros deseos y nuestra necesidad con la realidad. Es muy duro para todos asimilar la dureza de la realidad que nos ha tocado vivir, y asimilar que hasta que este enemigo de la especie humana en forma de virus deje de transmitirse en algún lugar de nuestro mundo, el problema sigue afectándonos y poniéndonos en riesgo a todos.

Obviamente, desde que ha comenzado de manera explosiva en nuestro país esta quinta ola de incidencia, ya nadie tiene dudas al respecto, pues se ha hecho de nuevo patente la presencia del virus, ante el que de nuevo hemos tenido que reforzar los dispositivos de vigilancia epidemiológica, reforzar los sistemas de rastreo con nuevas contrataciones de profesionales y la oportuna e inestimable colaboración de los militares en esta labor, así como el refuerzo de los dispositivos de realización de pruebas diagnósticas para su posterior consideración tanto para la toma de decisiones para la salud individual y colectiva.

Es nuestra obligación, como ciudadanos y como responsables, poner en marcha todos los mecanismos necesarios para que esta tendencia se modifique, de forma que podamos seguir trabajando con intensidad en la mejora de nuestro sistema sanitario y en la recuperación de nuestra sociedad.

Asturias lo ha hecho bien y debemos seguir haciéndolo igual de bien, porque una de las claves del éxito reside en el trabajo en equipo y la colaboración ciudadana en cada momento de la pandemia

Pablo Fernández Muñiz - Consejero de Salud del Principado de Asturias

Es una realidad que no debemos obviar los responsables de Salud, que la irrupción de la pandemia a principios de 2020 ha tenido un impacto enorme sobre la economía, poniendo fin a unos años de crecimiento, con una caída de actividad sobre todo en algunos sectores que se vieron especialmente afectados tanto por la reducción de demanda como por las restricciones a la movilidad, y en estos momentos, creo sinceramente que debemos todos realizar un esfuerzo por seguir cultivando la cohesión y la cogobernanza que el Ministerio de Sanidad está liderando, en un contexto en el que se pone en marcha un plan de inversiones y reformas con un triple objetivo: apoyar a corto plazo la recuperación tras la crisis sanitaria, impulsar a medio plazo un proceso de transformación estructural, y llevar a largo plazo a un desarrollo más sostenible y resiliente desde el punto de vista económico-financiero, social, territorial y medioambiental.

Dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, del Proyecto “España Puede”, a Salud nos implica directamente el capítulo de Renovación y ampliación de las capacidades del Sistema Nacional de Salud, e indirectamente el resto de componentes atendiendo al concepto de salud en todas las políticas y los determinantes de la salud.

Desde Asturias, trabajaremos con convencimiento en estos aspectos, eso sí, sin perder de vista la necesaria gestión de la pandemia en la que aún estaremos inmersos un tiempo, atendiendo a las amenazas que van llegando, conscientes de que el riesgo cero no existe y que debemos de seguir avanzando progresivamente con cautela para poder volver a retomar nuestra vida en el más amplio sentido de esta palabra.

No nos podemos confiar, debemos ser prudentes, ya estamos viendo que el aumento de incidencia que está afectando sobre todo a los más jóvenes, está aumentando de nuevo el número de personas que necesitan ingresar en nuestros hospitales y ser atendidos por nuestros profesionales de atención primaria. Pero también debe motivarnos saber que estamos más cerca de conseguir finalizar esta vivencia de lo que podíamos creer no hace tanto.

En Asturias se ha demostrado que una sociedad tan vulnerable como la nuestra, sobre todo por su alta tasa de envejecimiento, puede disminuir la mortalidad gracias a una campaña de vacunación responsable, en la que los rechazos están siendo mínimos, y en la que nuestros profesionales han trabajado intensamente desde el primer día, tanto en su planificación y organización como en su administración, consiguiendo una agilidad y unas tasas de vacunación que son modelo a seguir por otras regiones de Europa.

Ahora nos merecemos un último esfuerzo, Asturias lo ha hecho bien y debemos seguir haciéndolo igual de bien, porque una de las claves de la gestión en el Principado reside en el trabajo en equipo y la colaboración en cada momento de la pandemia. Nos hemos comprometido desde el primer día y seguiremos hasta el final. El extraordinario ritmo de la campaña de vacunación en Asturias nos lo permitirá, y la prudencia de todas las personas que aquí vivimos lo conseguirá.