Nerea Garmilla vicepresidenta de la asociación Grupo Folklórico Corricorri. De 33 años, vive en Oviedo, con un empleo como trabajadora social, y es una de la mujeres que velan por la continuidad del corricorri, el primer baile de Asturias declarado Bien de Interés Cultural. El corri-corri es más que un baile. En Arenas de Cabrales es un sentimiento.

El corricorri se convirtió en 2019 en el primer baile regional asturiano declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Es seña de identidad principal de Arenas de Cabrales. Pero no solo. Según el informe de la Real Academia de la Historia para el expediente de declaración BIC, "este baile se ha convertido en el referente simbólico de la identidad asturiana, es la danza que representa a todas las demás y que se utiliza especialmente en los momentos de solemnidad, hechos históricos, visitas de grandes personalidades, como la del rey Felipe VI o el Papa Juan Pablo II, por citar algún caso". Según la descripción que aparece en el Boletín Oficial del Principado (BOPA), el corricorri se baila así: "Participa un desigual número de bailadores: un único hombre –el bailín– frente varias mujeres, las cuales portan en sus manos ramas de laurel. Aunque ambos sexos se conjuntan en sus figuras, el baile femenino es distinto al masculino. Mientras que el bailín realiza pasos saltados, ellas se caracterizan por un caminar menudo y por unos pronunciados movimientos de brazos". Nerea Garmilla Echevarría, de 33 años, es la vicepresidenta de la asociación cultural grupo folklórico corricorri, que desde 1986 se encarga de mantener viva una danza que se baila en el concejo dos veces al año: el 24 de junio, por la fiesta de San Juan, y el último domingo de agosto, en el certamen del queso de Cabrales. Es una danza que es más que una danza:

"En Arenas, el corricorri es algo que llevamos muy dentro, muy nuestro. Es algo que la gente lo defiende como algo muy suyo. Yo nací en Cabrales, pero mi familia viene del País Vasco. Mi padre trabajaba en el Banco Bilbao y lo destinaron aquí, así que soy la primera cabraliega de la familia. Hay quien me tiene en sus contactos del móvil como ‘Nere Cares’ porque mis padres tuvieron el café restaurante Cares. Me siento más cabraliega y asturiana que vasca. Nací aquí, me crié aquí y, al final, uno es de donde se cría, ¿no?"

Nerea Garmilla Julián Rus

"Yo tengo mucha diferencia de edad con mis hermanos y, cuando era pequeña, mi hermana ya estaba con el corricorri. Siempre me cuentan que pa dormirme me tenían que cantar el corricorri. Y pa comer me tenían que poner un vídeo del corricorri. Yo toco el tambor y ya de pequeña, por San Juan, me tenían que regalar un tambor de estos de plástico. No lo tengo de mis antepasados vascos, obviamente, pero ya ves que lo llevo arraigao. Cuando yo empecé con los ensayos, a tocar el pandoriu, tenía cercanu a los nueve años".

"En este baile, la mayoría somos mujeres. Los hombres, los probes, quedan ahí apartados (risas). Bueno, probes o no tan probes, porque van rodeados de muyeres siempre. Hay muchas teorías sobre el corricorri. Nosotros con la que nos quedamos es que es una danza de cortejo. El hombre quiere cortejar con la mujer y, bueno, la mujer juega un poco al despiste; ahora sí, ahora no, con esas idas y con esas venidas. Pero básicamente es una danza de cortejo. Hay otras muchas teorías como, por ejemplo, que es una danza fúnebre, pero no está del todo sostenida. Lo que más se sostiene es que es una danza de cortejo entre un hombre que va a elegir con qué mujer se queda y la mujer, digamos, que se exhibe ante el hombre".

"Si tú miras de cintura para arriba a las mujeres que bailan, la sensación que se da y que cada vez se intenta marcar más no es que estén caminando, es que vayan como flotando. Y sí, hay una cierta seriedad en las mujeres, no es una jota. Lo fundamental es que vayan todas muy acompasadas, todas a la vez y en línea, que todos los brazos y los pies vayan al unísono, que no se salgan".

"El corricorri es un sentimiento de pertenencia que tenemos prácticamente en todo el pueblo, es algo muy representativo nuestro, de Arenas. Yo, por ejemplo, si no estoy tocando, y estoy fuera viéndolo, me emociono cuando lo bailan. En los otros pueblos no lo viven tanto como lo vivimos en Arenas. Ahora, ya no se puede decir que solo lo baila gente de Arenas porque, entre la despoblación, los que trabajan o los que están fuera estudiando, no hay gente suficiente. Ese es uno de los problemas que tiene el corricorri, la despoblación que hay en el concejo".

"A ver, lo vamos capeando porque intentas tirar del grupo que tienes en ese momento y si una te dice que no puede, hablas con alguien del grupo anterior que lo bailaba. Pese a la despoblación, siempre hay voluntad de la gente para hacer cosas, siempre la hay. Que haya cantera... Eso es más complicado".